00.「 parte única 」

169 24 17
                                    

Cada noche, todo lo que hago es pensar en ti.

No sé porque hago esto.

¿Por qué la noche es tan larga?

¿Por qué no duermes junto a mí?

Creo que me quedaré despierto toda la noche. Ten dulces sueños.

Buenas noches, te veré mañana.

  —SWEET DREAMS! ( EXO-CBX)

________________________

      Son noches de insomnio como esas, cuando Kyungsoo reposa su mejilla sobre la palma de su mano, deja una taza medio vacía con té de manzanilla en la mesita de luz y se dedica a observar por la ventana toda una ciudad envuelta en la oscuridad de la noche, al mundo que somnoliento, dibujó mil constelaciones antes de irse a dormir y regresar al día siguiente con las energías renovadas. 

      A veces sólo le habría gustado cerrar los ojos la mañana del lunes y despertar un viernes por la noche, cansado más que nada de vivir en el desorden de la capital. La vida de un adulto ha de ser complicada, pensó años atrás; cuando su mayor preocupación fue estudiar para el día siguiente y no era su problema llegar con el dinero a final de mes o pagar un precio absurdo por mantenerse a flote en su pequeño departamento. 

     Las cortinas se mecen filtrando un poco de luz nocturna para iluminar el rostro de su novio, que duerme muy plácidamente desde hace horas. Cabello desordenado y sueños escapándose por sus labios entreabiertos, en forma de murmullos incompletos o pequeños suspiros, sus mejillas son teñidas por el mismo brillo dándole una linda sensación de confort. Incluso la luna parece querer dormir a su lado, junto a las estrellas que se ocultaron en sus sueños y detrás de sus párpados cerrados. Se ve tan tranquilo, tan lejos del mundo real. Es curioso, en noches de insomnio, Kyungsoo podía encontrar su descanso en el rostro adormilado del chico que sin esfuerzo alguno, haría de cualquier momento uno bueno. 

     Con todo el afán de ser silencioso, camina en puntas de pie hacia la cama, no sin antes tomar la cobija que Jongin tiró al suelo cuando se removía entre sueños, resultaba cómico verlo así y luego escuchar sus quejidos porque hyung, tengo frío, por favor abrázame. Se asegura de arroparlo bien otra vez, pero al pretender alejarse es interrumpido por los ojitos curiosos del bailarín, que le observan aún somnolientos, entonces dirige una de sus manos a su cabeza, acariciándole los cabellos con ternura ofreciendo una disculpa silenciosa. 

—Vuelve a dormir Jongin, aún es temprano para ti.

—Pero, mi amor... —tarda unos segundos en responder, bastante cómodo con las caricias que recibe—. No has dormido en toda la noche ¿verdad? —Inquirió con cierta preocupación.

—Honestamente, siento como si no pudiera conciliar el sueño otra vez.  

—Entonces déjamelo a mí.  

     Le dedicó una de sus tiernas sonrisas y jaló de su brazo hasta que ambos estuvieron por debajo de las sábanas, el mayor con la cabeza recostada en su pecho para usarlo como una almohada. Las horas le supieron a segundos entre charlas y bromas sobre las ojeras de uno o los ronquidos del otro, cuando planearon su fin de semana, con algunos besos y toques íntimos de por medio, por supuesto, acordando ir a desayunar a esa confitería que tanto les gustaba. 

—Pero debes prometer que me despertarás.

—¿Qué tienes, tres años? ¿Eres un bebé? 

—Tu bebé. —Le corrigió, riendo entretenido al ver como su novio intentó darle la espalda, abrazándolo rápidamente por la cintura—. Anda, hazlo.

     Suspira, porque el menor abultó tiernamente sus labios y le mira con ojos de cachorro, quizás ya está muy desganado como para replicar o tal vez ni siquiera él podría negarle algo a ese adorable chico dormilón. Y aunque será un gran desafío levantarlo de la cama al amanecer, no podría negarse cuando esos brazos le envuelven en su calidez y lo invitan a formar parte del sueño nocturno, ni a ese rostro alumbrado con polvo estelar que en secreto ama besar cuando Jongin se encuentra tan dormido que no puede notarlo.

—Tú ganas, lo prometo.

     Justo en ese momento el chico de piel morena volvió a cerrar sus ojos y cayó dormido en tiempo récord. Sí, exactamente como un bebé, pensó Kyungsoo quien se quedó viéndolo unos cuantos segundos. Lo mueve de un lado a otro con suavidad, pica sus cachetes y párpados, pero nada.  Dándose por vencido (puesto que ya no tenía forma de escapar) esboza una pequeña sonrisa, pero puede apostar que despertará con ella.

     Porque no hay mejor cura para el insomnio que los brazos de su persona favorita en el mundo, de eso está seguro cuando sólo es capaz de acurrucarse sin problemas entre el cuello y hombro de Kim, inhalando el dulce aroma al que se volvió adicto en esas noches sin dormir.

SLEEPY JONGIN ── KAISOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora