ᴄʀʏsᴛᴀʟ ʙᴏʏ || 2ᴊᴀᴇ

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Una vez más veo tus ojos acuosos, una vez más veo como te haces trozos. No me gusta ver tus lindos ojos llenos de sentimientos expresando lo que es el arrepentimiento. No estoy enojado, nunca te he mentido, pero sí confieso que quedó un resentimiento de aquella vez donde te fuiste, hiriendo mi ser con cada paso que dabas lejos de mí, donde nos era imposible estar en la misma sintonía, donde un tu y yo no existía.

"Pero tranquilo, pequeño niño de cristal, todo eso ya llegó a su final, no tienes porque disculpar" repito y deposito esas dulces palabras en tu oído para ver si calmar tu corazón consigo. Tu dientes aparecen y de sólo mirarlos me estremecen, sin embargo no logran emocionarme tanto como aquellos labios que se encuentran en la reseques, relamí los propios e inmediatamente los mordí al notar que no era el único en la misma situación. Asegurarme de algo quise, y resultó ser tal y como lo pensé: los mismos ojos expresando arrepentimiento, pero ahora era de otro tipo, arrepentimiento de no juntarse con los míos. Lo sabía, conocía aquella mirada, esa mirada que de un sólo vistazo te devora sin importancia de que pueda pasar con los demás o sin los demás en presencia. Luce común para mí, era mía.

¿Está bien si lo hago? ¿No te sentirás acosado? Quizá sólo estoy alucinando.