No sé por donde empezar. Si por los brotes de amor que me salieron cuando le vi o cuando me levante temprano en la mañana deseando volver pronto a casa ese día.
¿Qué más da?, aquel día era domingo, frustrante. Me había ido a quedar a alojar donde mi mejor amigo, mi cabeza dolía y no recordaba que desastre había hecho en la noche. Solo quería ir a casa.
Sentí algunos gritos de abajo y corrí a ver, la madre de mi mejor amigo estaba golpeandolo. Reaccione y me logre meter en medio ella atacaba y el se cubría, me des concerté no sabia que pasaba.
"Maldito, no debiste haber nacido nunca", ese fue mi colmo para empujarla y tomar a mi mejor amigo.
"No lo toque nunca más en la vida", le agarre de la mano y subímos las escaleras.
"Arregla tus cosas, que te vienes conmigo y luego veremos que hacer con Miguel."
Entendia todo, me sentía muy mal al haberle dado la idea de que le haya dicho su orientación sexual a su madre. Tenía lágrimas en los ojos y una mejilla muy roja. Antes que nada lo abrace y el suspiro." Es mejor así ", el tenía 18, era hora de partir.
Por cierto, Miguel era su hermano.
Luego de un rato tomamos nuestras cosas y nos fuimos, hasta una botella de vidrio de alcohol nos cayó al costado pero lo hicimos. Llegamos donde mis abuelos a descansar y hablar las cosas.
Rubén provenía de un matrimonio roto, una madre interesada y un padre enfermizo y rico, de dinero. El padre de Rubén murió hace un año y le heredó todo su esfuerzo de la vida. Sin hacer nada Rubén recibía montones de dinero al mes, bueno 'nada' en el sentido de la palabra que sólo iba a dar una par de vueltas a las empresas y firmaba contratos. Su madre, inteligente, había 'adiestrado' a su hijo como un hijo proveedor para su casa, tal como tenía a su esposo. Bueno eso era hasta hoy. El dependía mucho de mí, la verdad es que Rubén siempre había sido un niño-adulto. Ahora estaba recién comenzando su adolescencia cuando conocío a Ángel, era toda una nena para sus cosas.
"Iré por Angel, nos vemos en la noche para ir a un show y luego a nuestra casa con nuestra madre" rió con los ojos hinchados.
"Como digas maldita puta" le abrace, y el a mí, suspiro. "Espero que todo siga bien, gracias por siempre ser como mi hermana mayor"
"Es todo un placer", Sonreí. "Y por favor no me traigas nada, ¿Vale?"
"No prometo nada", corrió y se fue.
Siempre odiaba que me comprara mierdas, mierdas muy caras y lindas. Pero no era interesada, a no ser que fuera comida.
A pesar de mi situación económica vivía y comía bien, también le hacía regalos expectaculares a Rubén.
Pero, sin embargo, me sentía algo sola. Algo triste, rota, vacía... Y no sabía que podría llenar este vacío tan grande.
Necesito que alguien me encienda el alma.
