Parte I

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Junior rellenó su taza de café y comenzó a untar mermelada en una tostada. Decir que la comida más importarte del día para el menor de los Guerrico era el desayuno era una mentira muy gorda. Todas las comidas eran importantes para Junior. Algunas incluso las repetía varias veces. La puerta de la cocina se abrió y Dante entró rodando los ojos, seguido de Romeo.

-Dale... ¡Hace muchísimo que no salgo de joda!- Lloriqueó su hermano mayor.

-Quedarnos en el playroom bebiendo no es precisamente salir de joda.- Apuntó Dante mientras se servía una taza del famoso café de Lucre.

-¡Algo es algo!- Insistió Romeo.

-¿De qué hablan?

Junior dio otro mordisco a su tostada, mirando atento a sus hermanos.

-Lula va hacer una noche de chicas con Mili para celebrar todo lo del embarazo y, sinceramente... necesito una noche sólo de chicos y no pensar en nada.- Dijo Romeo.

Junior asintió entendiendo. Romeo estaba muy ilusionado por la futura llegada de su hijo y parecía que por fin había decidido ir para adelante en su relación con Lula. Pero la sombra de sus sentimientos por Simona todavía era muy grande y eso siempre le ocasionaba problemas con Dante. Una noche sólo de chicos en la que olvidarse de los problemas era lo que necesitaba.

-Y se le ocurrió que la mejor idea era que nos quedemos en el playroom a beber como si tuviéramos quince años.- Le informó Dante.

-¿Se acuerdan nuestras reuniones allí abajo? Bebiendo cerveza a escondidas del tío y jugando a la play hasta la madrugada...

Junior sonrió recordando aquellas noches. Nunca lo habían llamado "pijamada" porque eso era algo que sonaba a cosas que hacían sólo las chicas. Pero se quedaban despiertos toda la noche en pijama, viendo películas, jugando a la play y hablando de todo y de nada mientras bebían cerveza y engullían comida basura. Sí... Era una pijamada en toda regla.

-¿Y querés hacer lo mismo esta noche?- Preguntó Junior.

-Y... Una noche sólo de chicos, olvidarnos de todo. Yo me olvido por un ratito que voy a ser padre, vos te olvidás de Simona...

-A mí no me pasa nada con Simona.- Se quejó Dante, pero ninguno de sus dos hermanos le hizo caso.

-Y vos te olvidás de Chipi.- Terminó su hermano señalándole.

-Corté con Chipi.- Le recordó a su hermano.

-Lo sé. ¡Por eso! Nada de lágrimas.- Romeo les dio una palmadita a cada uno en la espalda.- Una noche sólo y para los hermanos Guerrico.

Dante y Junior se miraron de reojo, sonriendo. Cuando su hermano mayor hablaba así de ilusionado sobre algo era imposible hacerle cambiar de opinión.

...

Esa misma noche Junior ya estaba preparado en el playroom para una larga sesión de partidos de futbol en la play, tumbado en el sofá rodeado de almohadones y el pijama puesto. Le dio un sorbo largo a una cerveza recién sacada de la heladera y esperó a que el juego se pusiera en marcha.

-Yo elijo la selección argentina y no se discute.

Romeo bajaba las escaleras del playroom seguido de Leo.

-Mirá, te apuesto lo que sea que te gano elijas la selección que elijas.- Le aseguró Romeo a su amigo.

Su hermano se sentó a su lado y Leo le dio un trago a su cerveza sin siquiera preguntarle, arrebatándole el control de la play de las manos. Junior lo miró con mala cara pero Leo no se dio por aludido.

Yo nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora