Enamorada.

Capítulo 2.

Narra Anna.

Llegué, estaba enfrente de la habitación de mi madre. Detrás de esa puerta se encontrará mi madre totalmente herida, en coma o de la peor forma posible. Tendría que armarme de valor y girar el pomo de la puerta. A mi lado estaba Harry, acariciandome confortablemente la espalda. Lo miré y me lanzó una mirada que decía "Abre", suspiré y giré el pomo de la puerta, esta se abrió, dando lugar a una camilla blanca con una mujer encima, Mi madre. Estaba llena de cables y tubos por todos lados, arañazos y heridas en la cara y los brazos, una mascarilla de oxígeno y a su lado un monitor que indicaba sus pulsaciones, estaba en coma. La mano de Harry agarró la mía fuertemente dándome pequeñas caricias con su dedo pulgar, volví a dirigir mi vista al ruloso y me estaba mirando, con la cara pálida y la respiración floja, casi inaudible.

- Tranquila, ahí viene el doctor, ahora hablaremos con él, todo va a salir bien. -me dijo dándome un fuerte abrazo, al cual respondí al instante.

Metí mi cara en el hueco de su clavícula y su cuello y empecé a llorar fuertemente, como si se me estuviera yendo la vida por los ojos, apretaba la espalda de Harry mientras el acariciaba mi pelo con su mano derecha y mi espalda baja con su mano izquierda. La tos forzada de un hombre nos hizo separarnos, aquel hombre era el médico.

- Hola, ¿usted es Anna Payne? -preguntó el médico dirigiendo su vista a mí.

-Ehh, si soy yo. -dije aspirando por la nariz y respirando.

-Bueno Anna, verás, tu madre estaba en la parte por la que el tren chocó, se que esto es muy fuerte pero no puedo ocultártelo... Tu madre salió disparada por la ventanilla, dándose un fuerte golpe en el cráneo haciendo que este se rompiera por una parte. Tu madre tiene 1 posibilidad entre 10 de despertar, mientras que esté en coma no pasa nada, lo malo pasa cuando se produzca una emorragia interna y ahí tendremos que operar, despertándola del coma por lo que, si su despertar es forzado, podría perder la memoria, estar paralítica o simplemente morir. Está en tus manos si quieres que la despertemos, que la dejemos así o que la sedemos para... forzar su muerte. Lo siento. -a medida que el doctor terminaba su discurso, mi corazón subía apresuradamente por mi garganta pareciendo que iba a salir por mi boca, las lágrimas salían sin cesar y mi respiracion era agitada, Harry me besaba la cabeza delicádamente mientras que yo agarraba su mano para tranquilizarme. Cuando el médico se fue, abracé a Harry y volví a enterrar mi cara en su cuello. Él se limitaba a besar mi cabeza y a acariciar mi espalda, me tranquilizaba su presencia, no había podido con todo esto yo sola.

- Harry, gra.. gracias por todo, enserio, si hay una forma de que pueda agradecértelo yo... -empecé mi frase pero fui interrumpida por el ojiverde.

- No tienes nada que agradecerme, lo hago porque, en el poco tiempo que te conozco, me has demostrado dulzura, fortaleza y porque simplemente me agradas y me importas lo suficiente para no dejarte sola, se que te parecerá precipitado pero te quiero, y te quiero tanto para decirte que si necesitas cualquier cosa, un lugar dónde pasar la noche o alguien con quien hablar, aquí estoy, entero para ti. -dijo, para acto seguido, yo comenzara a llorar aún más, es la primera persona que me dice tantas cosas bonitas de una sola vez.

Narra Harry:

No se como, pero le dije todo eso de golpe, era lo que sentía en ese momento, la necesitaba siempre conmigo, conocerla ha sido uno de los mayores logros de mi vida, y, aunque le haya roto una arteria de la nariz, nunca antes me había alegrado tanto de algo así, me alegro de haberme tropezado con ella, me alegro de haber andado perdido en mis pensamientos, me alegro de que haya llegado a mi vida de la manera más tonta posible.