CAPÍTULO IV

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El comienzo de "La idiotez", tal y como lo denominó la misma Beca, empezaba con el pie derecho. Luego de investigar un poco la vida de Chloe a través de sus ex compañeros de escuela, encontró a alguien que quizás cumplía con los requisitos de su plan. El muchacho de ojos azules, de alta estatura y dueño de un trabajado cuerpo que le sentaba muy bien, captó su atención y decidió que era el indicado: Chicago Sean Miller -¿Quién en su sano juicio le pondría 'Chicago' a su hijo?-, pero yendo a lo importante, el susodicho estuvo en la misma clase de Chloe y era parte del equipo de fútbol americano, aunque no era el más popular al parecer. Beca inmediatamente lo buscó en todas las redes sociales habidas y por haber, y sólo lo encontró en Instagram. Para su mala fortuna, Chicago tenía su cuenta privada. Por lo tanto esta vez Beca, bajo una cuenta difícil de asociar con ella, fue menos cobarde y dio enseguida a "Seguir". Fue cuestión de media hora para que el chico la aceptara y dejara ver sus fotos. Definitivamente la DJ estaba por hacer algo peligroso y que podría traerle serias consecuencias, pero ya era tarde, La Idiotez, ya estaba en marcha. El moreno de ojos azules se había metido en el ejército de los Estados Unidos y su cuenta no estaba tan activa, lo cual en parte era algo bueno para la DJ.
Beca, básicamente descargó todo de la cuenta de Chicago. Cerró la sesión de su Instagram y clickeó sobre "Crear una nueva cuenta". En cuestión de minutos ya había creado la cuenta falsa, con unas pocas fotos que no le pertenecían. Y si uno pensaba que la suerte le estaba dando mucha soga, Chicago le dio más. El chico que sueña ser soldado y servir a su país, mantenía su cuenta sin su nombre de pila, una pequeña ventaja que Beca aprovechó. De esa forma nadie podría buscarlo. ¿Lo único malo? Había una foto de él de perfil. ¿Lo bueno? Estaba con el atuendo de la milicia y casi ni se lo identifica a simple vista.
Y así Beca, esperó unos días hasta que la cuenta privada pareciera lo menos falsa posible. Consiguió unos cuantos seguidores que le brindaban un poco de veracidad, siempre asegurándose que no hubiera vínculo con el verdadero Chicago. Una vez conseguido esto, buscó a Chloe Beale y finalmente, después de debatir internamente si hacerlo o no, Beca clickeó sobre "Seguir".
Pasaban las horas en el trabajo y aún no llegaba esa bendita notificación que informaba que la pelirroja lo (la) había aceptado y seguido al instante. Mientras esperaba con algo de ansiedad, Jesse se acercó a su amiga para recordarle que esta noche era la fiesta en casa de los Trebles.

-Sí, ya lo sé. Debo ir decente, ¿no? - pregunta

- Sé tú - le guiña el ojo de manera amistosa y se marcha a comprar el almuerzo para Luke.

"Sé tú", resonaban esas palabras en la cabeza de Beca, como si fuera tan fácil pensaba.

Después de un exhaustivo ensayo con las Bellas, Chloe fue la primera en llegar a la casa para poder bañarse y empezar a buscar la ropa que se pondría esta noche para la fiesta de los Trebles. Pero mientras se dirigía a la cocina a buscar agua para saciar su sed, empezó a revisar su celular. Tenía unas cuantas notificaciones; mensajes del grupo de las Bellas, números desconocidos, personas que solicitaban seguirla en sus cuentas personales. Empezó por responder a sus amigas, dando aviso que ya estaba en la casa, y luego se puso a revisar quiénes eran los interesados en ver las fotos de su cuenta de Instagram. Nadie le parecía conocido o simplemente interesante, hasta que chocó con el perfil de alguien que le resultaba muy familiar. Así que fue a "Ver perfil" y para su decepción la cuenta era privada, intentó ver si podía reconocerlo, rebuscó en su memoria, pero el recuerdo no llegaba. La curiosidad pudo más, aceptó la solicitud y envió lo mismo.
Una vez terminó de beber toda la pequeña botella de agua, se dispuso ir a buscar su pijama para luego ir a bañarse, así podría descansar unas horas. Revisó nuevamente su celular para verificar si la había aceptado, pero no había señales. Estaba por dejar el aparato en su cama, hasta que la asaltó un fugaz recuerdo de cómo trató de mala forma a una chica de baja estatura, morena, con piercings en sus orejas y demasiado eyeliner en sus ojos. Ojos de un azul turbulento que, sinceramente, le fascinaban, y empezaba a estar un poco de acuerdo con Stacie. Algo de curiosidad la volvió a invadir y tomó su celular, abrió la aplicación de Instagram y buscó: Beca Mitchell. Se decepcionó al no encontrarla, más de lo que imaginaba. Dejó rápidamente su celular y se marchó directo a sacarse de encima las dos horas de ensayo barra tortura a la que había sido sometida.

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