Miedo, ansiedad, amor, orgullo felicidad, incredulidad... todos esos sentimientos se encuentran y chocan entre sí hoy en mi cabeza.
Quiero que sepas, estimado lector o lectora, que todo lo que leerás fue escrito con mucho cariño y entusiasmo. Estoy más que contento de que me estés acompañando en este primer paso que doy en el mundo de los libros, un mundo que nos apasiona.
Un dicho que siempre tiene lugar en mi corazón es el siguiente: «en la vida hay que hacer tres cosas: sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo»
Sembrar un árbol no sólo corresponde a la interpretación literal sino también a todas las cosas buenas que podemos llegar a dar que son semillas que alguna vez vamos a cosechar.
En cuanto a la segunda cosa, escribir un libro, si bien sería hermoso que cada persona del mundo pudiera hacerlo, al igual que en el caso anterior, el libro representa nuestra vida, nosotros debemos ser autores y redactores de nuestra historia, llena de personajes, de tramas, de colores y sensaciones, siempre buscando los mejores finales.
Finalmente, tener un hijo, no se refiere únicamente a los hijos como tales sino a todas aquellas personas a quienes podamos ayudar y aconsejar como un papá o una mamá de la vida, del corazón...
Este libro que hoy llegó a tus manos está dividido en dos grandes partes: Herencia y Prístino. La primera parte es un compilado de poesías que en determinados momentos de su vida escribió Chela, mi abuela.
Desde que tengo memoria, ella ha formado una parte importantísima de mi vida. Ella supo sumergirse en el arte de escribir mucho antes de que mi existencia se vislumbrara en el cosmos.
Recuerdo que, cuando niño, me leía sus poemas generando en mí, de a poco, interés por la escritura. Es muy lindo de pensar que yo soy un legado de su obra jamás publicada Ni dada a conocer sin embargo digna de que el mundo la conozca Espero que sepas querido lector o lectora disfrutar de los escritos que un día eres de de Chela.
La segunda parte , Prístino, está compuesta por escritos de mi autoría en los que buscó expresar los pensamientos que encierro en mi cabeza desde el principio de los tiempos. Pristino es todo aquello, físico o metafísico, originario y primitivo, que con el tiempo mantiene su pureza y entereza.
