Antes de que empiecen a leer quiero disculparme por la tardanza ya que me habia centrado más en los estudios para terminar rápido y poder quemar todos mis libros y lo peor de todo es que al tercer dia o semana me castigaron y me sacaron el teléfono ahre.
Pero dentro de MUY poco, prometo conpensarles todo el atraso, en el capítulo que viene se van a enterar. Sin más, disfruten de la lectura.
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Decir que estaba nervioso era poco.
Se había subido a aquella camioneta negra con sus dos ídolos desde que tiene memoria, sin visualizar los peligros que conllevaba eso; él los conocía mediante cámaras, no sus vidas privadas.
Y allí fue cuando en el tiempo que estuvo con ellos, el miedo y el pánico le invadió pensando lo peor. Nana notó aquello así que decidió acariciar su pierna y comenzar a besar su cuello para calmarlo.
"Tranquilo Junnie. No haremos nada que no quieras, tampoco buscamos hacerte daño. Vamos a tratarte como el lindo príncipe que eres y te vamos a devolver todo lo que hiciste para que nuestras carreras continuen en pie." Susurró Jaemin cerca de su oido y le dedicó una sonrisa. Giró su rostro y besó los labios del otro chico al notarlo tan tenso. "¿Hay algo que no te esté gustando Jeno? "
Renjun sintió como su alma shipper salía a flote a ver al chico de cabellos rosados besar al otro. Casi grita de la emoción.
Jeno se limitó a negar y murmuró algo que Renjun no pudo entender pero Jaemin si. Este último sólo asintió ante lo dicho por el castaño.
"Doyoung hyung ya llegamos a nuestro destino, puede detenerse." Habló Jaemin al chofer quien simplemente asintió y Renjun como un niño curioso acercó su rostro al espejo y contempló un lujoso hotel ubicado a las afueras de Seul.
Jeno fue el primero en bajar tomando la mano de Renjun para que Jaemin estuviese a solas con el chofer para hablar con aquel. Renjun miró al chico quien no le había dirigido palabra luego de lo del fanmeeting.
"¿Siempre eres así de serio Jeno-ah? Sabía que eras aburrido en cámara pero nunca pensé que aquello fuera real." Murmuró Renjun para luego arrepentirse inmediatamente de sus palabras. Intentó arreglarlo pero eso causaba que el ceño de Jeno se frunciera más.
"Puedo demostrarte que tan aburrido puedo ser." Murmuró enojado el castaño y sin darle tiempo al chino de responder, sus rosados labios se posaron en los suyos y Renjun no pudo reprimir un jadeo por la sorpresa que le proporcionó aquella acción, pero inmediatamente correspondió.
Renjun no se creyó que aquel chico aburrido besara y lo tocara como los mismos dioses.