Ya que está todo acabado ,que no puedo hacer nada más, ya que está todo perdido y que ya no puedo conseguirlo, al menos contaré mi historia. Al menos dejaré huella, al menos, no seré tan fácil de olvidar.
CAPÍTULO 1
Soy Nara, y tengo diecinueve años.
Cuando tenía cinco años, mi madre tuvo a mi hermano pequeño, Caleb, y pese a que lo tuvo con otro hombre que no era mi padre, yo estaba muy feliz de tener al fin un hermano con el que poder jugar, pelear y esas cosas que se hacen con los hermanos.
A los siete años, mi madre se separó del padre de mi hermano, cosa que no me disgustó, ya que nunca me había llegado a caer bien ese tipo; mi madre, mi hermano y yo tuvimos que mudarnos a otra ciudad que estaba a cinco horas de donde vivíamos antes.
Los años pasaban y yo ya había cumplido los doce años cuando mi madre volvió a quedarse embrazada de nuevo con otro hombre con el que estábamos viviendo. A veces pienso que pese al daño que le habían hecho a mi madre los hombres en tatas ocasiones, ella no podía vivir sin depender de ellos.
Cuando cumplí los quince tuvimos que mudarnos de nuevo. Mi hermano ya tenía diez años y mi hermana pequeña, Molly, tres. Nos mudamos a otra ciudad la cual estaba a unas ocho horas de donde nos habíamos mudado. Esta vez me mosqueé bastante con mi madre porque ya había hecho amigas en el instituto al que iba y no me gustó para nada tener que dejarlas porque mi madre quería mudarse, otra vez.
Bueno, hasta el momento todo bien. Ahora viene la parte en la que cuento todo lo que sucedió.
Cuando tenía 7 años empecé a descubrir cosas que eran bastante extrañas para mí, y no hablo de las cosas que uno aprende y conoce conforme va creciendo, era otro tipo de descubrimiento que salía de mí. No sabía o no entendía lo que significaba aquello que me estaba pasando, pero sabía que era algo.
A los diez años dejé de notar esa extraña sensación, pero empecé a escuchar la voz de mi hermano. Suena extraño decirlo hasta para mí, pero así era. Mi hermano me hablaba, pero sin menear un solo músculo de la boca y en mi mente empezaban a llegar sonidos. AL principio todo me resultaba muy extraño, sólo él podía comunicarse conmigo, aunque yo no podía ni entendía como hacer eso. No le dije nada a mi madre, no sé, no quería asustarla. Ella no lo entendería.
Pero eso no fue todo. Mi hermana Molly podía mover objetos. No podía moverlos a mucha distancia ni tampoco desplazarlos hasta muy lejos, pero podía moverlos. Mi hermano y yo empezamos a darnos cuenta cuando desayunábamos con ella y se le caía el biberón de la mesa u otro objeto y con un movimiento lo devolvía a su lugar y luego nos miraba y sonreía. Supongo que ni ella sabía si eso era normal o no, aunque les dije a ambos que no hiciesen eso cuando hubiese gente, sólo conmigo. Yo lo entendía, el resto del mundo no lo podría entender.
Todo esto era muy irreal y a la vez era estupendo, pero yo me sentía inútil porque mis dos hermanos pequeños tenían ciertas rarezas que yo admiraba, pero que no poseía. Muchas veces me sentía fuera de lugar, como si no fueran mi familia, como si yo no fuera parte de ellos. Tal fue mi odio por sentirme diferente a ellos que empecé a alejarme de toda mi familia , no les hablaba, y cuando lo hacía era para decir alguna estupidez o contestarles mal. Obviamente mi madre no sabía nada. Ella creía que era por la edad.
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Look at Me
أدب المراهقينEsta historia relatada por la protagonista, Nara, nos llevará a entender por qué le han ocurrido en dos años todo tipo de sucesos extraños y fantásticos que han hecho que pierda todo lo que ella no sabía valorar, pero era lo que más quería. ¿Podrá r...