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De un momento a otro, la ropa de ambos desapareció.

_____ se tumbó en la cama boca arriba y con las piernas abiertas para que Jungkook pudiese posicionarse entre ellas, lo cual no tardó en hacer. Su cuello y su intimidad palpitaban dolorosamente. Lo necesitaba tanto como él a ella.

Con indecorosa paciencia, Jungkook paseó sus labios por todo el cuerpo de la joven, al mismo tiempo que su mano derecha viajaba hacia la entre pierna de ella, lugar que acarició y masajeó a su antojo, provocando suspiros a su compañera, que movía sus caderas con impaciencia, queriendo más de ese liviano toque. Queriendo cumplir todos los deseos de su omega, el joven alfa abrió los labios de su intimidad, haciendo contacto directo con el clítoris y dándole una magnífica atención. Cuando no lo acariciaba, daba masajes circulares y cuando no, proporcionaba cortos toques en la punta de éste, llevándola al límite.

_____ sabía que no debían hacer ruido, pues su padre apenas dormía unas habitaciones más lejos de la suya, pero le resultaba tan difícil no dejarse llevar que se vio obligada a tapar su boca con su mano izquierda, mientras que con la derecha sostenía fuertemente el brazo que estaba usando Jeon para darle placer.

Tuvo que ahogar un gemido alto cuando sintió cómo un dedo se abría hueco a través de su vagina. La sensación era tan increíble que casi olvidó la presencia de su progenitor al final del pasillo. Por otro lado, Jungkook sentía que podría morir en cualquier momento. _____ estaba húmeda y apretaba tanto sus dedos, tan desesperada por él, y era toda suya. Giró sobre sí mismo, quedando ahora ella encima. Era mejor así, porque de otra manera se descontrolaría, como siempre hacía con todo lo demás, y no quería eso. No con ella.

No pudo evitar reírse un poco al ver el cuidado con el que trataba a esa chica que apenas conocía pero, qué cojones, era su omega. Su pareja. Su destino. Iba a volver a reír, esta vez de la felicidad que sentía, mas _____ había comenzado a balancear su cadera, creando una deliciosa fricción y acariciando su erección con su propio coño, dejándola mojada por la autolubricación que ella soltaba. El pene de Jungkook se endureció aún más, la punta roja manchada de líquido preseminal y la venas resaltando. A medida que la omega se frotaba contra él, su clítoris estaba recibiendo un grato cuidado.

- Jungkook...

El oír su nombre ser gemido de esa manera lo dejó bastante jodido. Era tan erótico ver ese cuerpo curvilíneo meciéndose sobre su erección, sus delicadas manos temblando en sus abdominales y la piel de sus piernas brillando por la excitación, por no mencionar la melodía que emanaba desde el roce entre ambos. Podría correrse en ese mismo instante.

A la mierda el autocontrol.

Con brusquedad volvió a girar sus cuerpos, sujetando esta vez con fuerza sus muslos, separándolos todo lo posible. Sus ojos estaban oscuros, inundados en lujuria. Ninguno de los dos estaba pensando con claridad, pues solo tenían un objetivo en mente: follar.

Se ven obligados a besarse para acallar sus gemidos y jadeos en el momento en el que Jungkook decide entrar en ella de un modo algo descuidado.

Deja que _____ se acostumbre a la sensación durante un momento que se hace eterno y, a continuación, inicia un leve vaivén con su cadera. Sus manos recorren cada parte del cuerpo del otro buscando más. Más fricción, más piel, mas besos. No era suficiente.

Los movimientos de Jungkook eran lentos pero profundos, llegando lo más lejos posible en el interior de _____, quien se encontraba en el paraíso

Cada caricia, cada centímetro de piel que los labios de su pareja recorrían. Todo quemaba. Ni si quiera sabía cómo seguía respirando, menos aún cuando sus ojos conectaron con los de él, negros y amenazadores. Mierda, lo quería todo de Jungkook, y cuando su polla apretó con fuerza su punto más erógeno, obligándole a no gritar, sintió que aquello era insuficiente, y también pudo verlo en ese negro intenso que parecía grabar todas sus expresiones para el recuerdo eterno de aquel momento. Pudo verlo en la fuerza con la que el alfa mantenía cerrados ambos puños sobre la almohada, o en cómo el cuerpo sobre el suyo temblaba con cada embestida.

Marks On Our Skin || jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora