Mike & Pete Drabbles (South Park)

En jaque

— ¿La primer niña que te gustó?— Preguntó Pete mientras se llevaba a la boca su cigarrillo sostenido por solo dos dedos.
— ¿Cómo sabes que fue una chica?— Dijo Mike con una sonrisa pícara, que no engañó al gótico ni por un momento.
— Sí, sí… Eres un bisexual abierto. Pero apuesto a que gozaste de una normal y hetero infancia perfecta, al menos hasta tu primer amor. Y apuesto también que fue correspondido.— Mike rió. — ¿Quién y a qué edad?
El vampiro resopló. Estaban acostados sobre el césped, mirando cómo el ocaso se convertía en noche, a las orillas del lago de South Park en una de sus tantas “no citas” que abundaban más mientras el mes de julio avanzaba.
— No recuerdo su nombre. Pero fue en primer grado y era pelirroja.— giró su cabeza para ver a su “casi-novio” (porque Pete aún no lo confirmaba).— Creo que conservo ese “fetiche” desde entonces. El cabello rojo enamora.
El menor ni lo miró y bufó con la cara clavada al cielo para esconder la vergüenza. Soltó humo de cigarro.
— ¿Tu primer beso?— Preguntó Mike, siguiendo el juego.
— Mmnn…— Hizo una mueca— Michael.
— Oh.— La sonrisa colmilluda se le apagó de golpe.— Eso me molesta.
— ¿Por qué?
— Porque no fui yo.
Pete no pudo evitar carcajearse. Aunque Mike parecía hablar en serio.
— Tenía 12 años, solo sabía que eras el líder de nuestros enemigos y te odiaba a muerte. Además, no te hagas ideas equivocadas… Salimos pero…
— ¡¿Ustedes salieron?!
— Y fue un fracaso total por los 15 días más… raros de mi vida.— Pete se sentó y agachó para apagar sobre una roca su cigarrillo. Suspiró. — Creímos que era lo “natural” salir, supongo que siempre pensamos que nos… ¿Emparejaríamos? Entre nosotros mismos, tarde o temprano era salir con él o Henrietta. O Firkle, si me esperaba unos años a cuando ya no pudiera ir preso… No sé porqué decidimos hacerlo. Creo que porque nos besamos, aunque dijimos que solo era para saber “qué se sentía”.— empezó a arrancar el pasto a su  costado, del lado opuesto de Mike— Pero luego de eso, ambos malinterpretamos que el otro se había enamorado y no quisimos dañarlo. Salimos por compromiso, fue un alivio que él encontrara el valor para terminar. No soportaría besarlo de nuevo… Y yo no le odio, pero creo que luego de eso entendí que él y los demás (los góticos), son mi familia… No es que yo esté muy interesado en el incesto ¿Sabes?
Mike resopló. Bueno, eso era reconfortante.
Pete fue quien le miró fijamente ahora.
— ¿Saliste con Larry?
El mayor le regresó la mirada con rareza.
— ¿Por qué preguntas específicamente por él? — Pete solo encogió los hombros y de nuevo se recostó para mirar el cielo, por lo que Mike meditó su respuesta. La verdad es que se imaginaba el porqué lo había preguntado — … Sí.— dijo finalmente— Y también nos besamos por varios días antes de terminar.
Esto si que hizo al gótico levantarse y voltearse, con los labios separados y cejas fruncidas.
Mike sonrió. Qué maravillosa emoción estaba pintada en todo el rostro de Pete. Maravillosa para él, claro, pero que seguro torturaba al menor.
— Caíste. Ahora sabes cómo me siento yo al saber que tú sí tuviste algo con mi mayor rival amoroso.— tomó la parte trasera de la cabeza de Pete (Quien aún lucía molesto pero apenado también) y juntó sus frentes— Se llaman celos, porque me gustas, Pete.
El pequeño y ruborizado joven solo atinó a apretar los labios al caer en cuenta que lo habían dejado en jaque en su propio juego.