Capitulo I

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Era una noche oscura la luna estaba en lo alto no estaba llena pero tenía una tonalidad diferente, no era su color perlado originario, si no un tono rojizo de esos que dices tus abuelos que atrae la muerte, miro a mi alrededor, estoy solo, al menos eso siento, el ambiente se torna frío y el estruendo de tantos susurros al unisono hace que suene como si fueran gritos, corro por un rato, no me decido si mirar atrás estaba aterrado, las voces ya son distantes, pero mi miedo aún es constante, limpio la capa de sudor de mi frente, con las mangas de mi chaqueta, cuando decido abrir mis ojos veo un hombre alto vestía un traje de un color negro, no traía corbata pero, tenía un bastón, su empuñadura era la cabeza de una serpiente, después era algo como una fibra de carbono, negro como la noche, estoy aterrado por la oscuridad no puede ver su rostro, solo sus ojos que tenían un color rojo del mismo al de la luna.
—Pronto nos conoceremos, de verdad.

Mi campo de visión se nubla y siento que no puedo respirar.
Abro mis ojos, estoy completamente lleno de sudor y agitado el sueño que tuve fue extraño,pasaron unos momentos y escucho la ruidosa alarma.
—De mucho sirves—dije para mí mismo, dándole un par de golpes al despertador.

Después de pasar un rato ya estaba listo para ir a la universidad, tomo el autobús me pongo los auriculares y espero hasta llegar.
—Gracias señor—dije cuando me baje del autobús.

Veo como las aves vuelan y una que otra canta, este lugar tiene un gran campus lleno de vida y algo de armonía podría decir, me agrada un poco, al adentrarme noto que llegué algo temprano, me siento en unas bancas de las tantas que hay repartidas por este lugar.

Puedo notar como las personas van llegando, unas tantas en grupos de dos o tres,se ríen hasta no parar, algo ridículo la verdad, el aire se pone un poco tenso, como cuando sientes que alguien te observa a lo lejos y lo mejor es que tengo razón, a unos cuantos metros hay dos personas, un tipo alto de una contextura algo fornida, se puede notar que se ejercita, de un pelo negro como el carbón, no puedo notar el color de sus ojos, pero si noté que era bastante alto unos 1,88 diría , tiene unos jeans apretados,«hace que se le noté un enorme trasero» pensé algo avergonzado, una camisa blanca y la chica a su lado con un cabello largo hasta su cintura, de un color marrón algo brillante, no noté más de aquella mujer ya que me percate de me ambos me estaban observando, en ese momento alcé un poco la mirada y sin querer o tal vez si, nuestros campos de visión se cruzaron, duro unos instantes, lo suficiente para notar que sus ojos reflejaban un tipo de armonía que desconozco, yo me mostré ante el apático,como siempre lo hago.
Al pasar el rato camino hacia mi aula asignada y al estar cerca del super alto chico, alcanzo a escuchar un poco de su conversación
—El chico que nos estaba mirando es bastante lindo, ¿No te parece que lo es Axel?—.Este asintió pero no dijo una palabra al pasar unos segundos, escucho.
—Se ve que tiene un cabello sedoso, su forma de vestir me gusto, aunque es un poco enano para mis gusto—dijo Axel con un tono arrogante y al mismo tiempo halagador, me sonroje un poco, odio cuando esto sucede.

Aceleró el paso y llego al aula de clase, me dispongo a escuchar la aburridora clase que aquella vieja se dignaba a dictar, cuánto está pronunciaba palabra se podía ver cómo escupía, da mucho asco la verdad.

Al pasar dos horas suena el timbre indicando el término de las clases,
voy apresurado hasta la salida y al llegar a la puerta recuerdo que dejé mi cuaderno en el escritorio, me dirijo por el con cierto disgusto.

—Debo ir al trabajo—exclamé con desdén, camine por los pasillos de la universidad eran bastante extensos, pero hay algo que me disgusta el ruido de las personas es algo muy pesado para mi, los auriculares lo arreglan siempre lo hacen, pongo unas de mis tantas playlist, la primera canción que se escucha es Paparazzi de Lady Gaga, una diosa a toda palabra, definitiva e indiscutiblemente nadie puede negar este hecho, al correr el tiempo ya estando en la parada del autobús me dirijo al café, en el que trabajo.
Me pongo mi uniforme que era una gorra con el logo de la cafetería y un simple delantal de un color vino tinto desagradable, decido hacerme en el mostrador esta vez a mi compañera Aliz le toca atender y limpiar las mesas del desastre que dejan siempre las horribles personas que vienen, algunas son amables no lo puedo negar, pero la mayoría son unos idiotas descerebrados,y ahí me encuentro esperando clientela, y se acercan unos chicos.

—Hola, bienvenidos al café de la plaza ¿En que podría ayudarlos?.

—Me das un Capuchino de vainilla, dos mocca latte y tres sándwiches estilo mediterráneo por favor-comenta la chica rubia.
—Con mucho gusto,¿Me podrían decir sus nombres?-pregunte.

—Yo me llamo Ana, ella es Genevieve y el chico es Axel—.Al percatarme noto que la chica de nombre Genevieve es la que estaba con el chico lindo de la universidad,como es que se llama a ya lo recuerdo Axel «hasta su nombre es lindo» pensé, tomo tres tasas para poder hacer el café escribo los nombres de ellos en cada una, los sándwiches los caliento en el horno y se los entrego a la chica Ana, si no estoy mal.

—Muchas gracias—exclamó la chica.
Al pasar la tarde, ya casi era la hora para salir y Aliz se para enfrente de mi.

—Oye el jefe quiere hablar contigo-dijo Aliz.

—Ya voy—dije aburrido.

—Es mejor que corras si no quieres que tu vida acabe o al menos tu trabajo.

Llego a la puerta del gerente, primero toco la puerta, giro la manija y me dirijo hacia el.

—Hola señor ¿me llamaba?—.
El hombre que daba algo de miedo señaló una silla al frente de su escritorio y exclama
—Adelante pasa y siéntate, ponte cómodo—.Observo como me mira por encima de sus lentes, «Que me podrá a decir este hombre tan horrible» pienso con cierto temor.

—Últimamente el negocio no va bien así... Que tendremos que realizar ciertos recortes en el personal.

—por favor señor, no me diga que...—
Me interrumpe abruptamente, «como se atreve».pensé

—Me temo que tenemos que despedirte, espero tu carta de renuncia mañana.

Intento que las lágrimas no sobresalgan, lo logró aunque mis ojos parecen lagos, me arden un poco

—Puedes irte,¿Que esperas una invitación?—.Siento como la irá se apodera de mi este hombre aparte de horrible es muy irritante.

Tomo mis cosas y salgo del lugar a unos pasos de distancia me doy la vuelta y le saco el dedo del medio, ya era bastante tarde, ya mi reloj marcaba las 10:43 PM los buses ya no pasan por la estación, tendré que caminar.

—Mi vida no puede ser más horrible.—
Agregó en un tono casi imperceptible, camino con la mirada cabizbaja y por unos instantes veo a alguien muy alto a lo lejos, llevaba un traje, por alguna razón no podía ver su cara, al acercarme más noté que este ya no estaba, en el aire aún podía sentir cierto peligro, agregando una mirada punzante de algo o alguien que no me da una buena vibra.

—Aun todo puede empeorar—.Escuché una voz, la misma voz del hombre de mis sueños, que está presente en todas y en ninguna parte, estaba aterrado, el nudo en mi garganta era terrible, estaba paralizado y principalmente tenía miedo, demasiado tanto como para ser imposible de ignorar.

Posesión Voluntaria (+18/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora