El camino hacia la luz

Prólogo

Si has oído hablar de antiguas leyendas y mitos griegos, valerosas hazañas de diversos héroes a lo largo nuestra línea de tiempo o incluso de seres que están por encima del entendimiento de la raza humana, entonces no te será difícil comprender de qué va esta pequeña historia.

Todo comienza cuando de los dedos anular, medio e índice, pertenecientes a la mano de Spectra (uno de los cinco Titanes legendarios), surgen los tres Clanes principales: Ollgariene, Infrum y Ossbalk. Desde tiempos remotos, se encargaron de controlar el balance entre en bien y el mal en la Tierra, el movimiento de rotación y traslación de la misma en el Espacio y el castigo de aquellos que sembraban el mal en lo más profundo del Infierno, respectivamente en ese orden.
A partir de estos tres clanes, emergieron otros Cuatro secundarios: Phentom, quienes solían formar parte de Ollgariene y, a causa de tener deseos impuros, fueron expulsados del mismo. Andan sueltos por todo el mundo aterrorizando a cada sector poblado que se cruce en su camino. Beleznem, una legión de guerreros muertos que busca vengarse de los clanes que les arrebataron la vida. Pharao, Clan descubridor de los sellos elemetales. Formaban parte de Ossbalk, pero gracias a su hallazgo lograron crear su propio grupo, forjando ellos mismos su camino por el mundo. Fueron derrotados por el clan Ollgariene en una sangrienta batalla, conocida como ''La gran obertura del pensamiento''. Y por último, Loraum. Un grupo de humanos comunes y corrientes, creado en el siglo XVI. Fueron los primeros en saber de la existencia de los tres Clanes principales y, debido a esto, dejaron de lado sus religiones y creencias, empezando a rendir culto a los mismos.

A lo largo de los años, todos los clanes reclutaron humanos y los transformaron, mediante un duro entrenamiento y conjuros, en fieles aliados. Entre ellos está Ícaro, quien está a punto de conocer una nueva forma de vivir, una forma completamente distinta de ver el mundo, quizá hasta aterradora.