Prologo

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- 8 años atrás -

Haly P.O.V 

Jamás había visto tanto alboroto en casa desde el cumpleaños #15 de Aileen, pero, este desastre tenía su razón.

Hoy comenzaría mi vinculación.

Que horror...

Desde mi asiento podía ver como todos poco a poco enloquecían; mamá iba de un lado a otro hablándole a las sirvientas y asegurándose de que todo estuviera en orden; papá no dejaba de decir cosas sin sentido desde su celular, seguramente riñendo a uno de sus empleados; los gemelos perseguían a Apolo por toda la casa tratando de controlarlo -Obviamente en vano- Y no menos importante, mi hermana Aileen no dejaba de chillar y quejarse con respecto a su vestido.

Si... Todo este desastre por un simple evento que no vale nada...

-¿No te ves muy feliz, linda?- La voz de Martha me hizo desviar la mirada del apocalíptico suceso familiar

-¿Por que debería de estarlo, Martha? Digo, estoy a punto de unir mi vida con la de alguien a quien desconozco por completo 

-¿Y eso no te emociona?

-Me emocionaría mas si este país no estuviera atado a las leyes del siglo XII

Martha simplemente me dio una corta sonrisa, posiblemente por no saber como responderme, dio unas cuantas palmadas a mi cabeza y seguido fue directo donde mi madre. No podía seguir viendo esta locura, me levante del sillón y camine directo hacia el jardín trasero -probablemente el lugar mas calmado y sereno de la casa en estos momentos- Me senté en una de las sillas dispuestas ahí.

El olor que desprendía el lugar me relajó por completo junto con el ocasional cantar de las aves que rondaban la pequeña fuente de mamá...

La típica escena cliché de relajación en el jardín...

Me fascina...

Cerré mis ojos por unos momentos deleitándome con la paz del lugar, a comparación con el ruido de adentro era mucho mejor pero conociendo lo suficiente a mi familia, esta paz no durará mucho. Mentalmente me puse a contar ovejas asimilando el rumbo de mi relajación.

5 ovejas... 10 ovejas ... 15 ovejas ... 20 ovejas... 25 ovejas... 30 ovejas...

-¡Axelia!

Sip... 30 miserables segundos fue lo que duró mi paz

-¿¡Que crees que haces aquí!? ¡El sumo sacerdote tiene rato esperándote!

Los gritos de mi hermana me hicieron reaccionar, me tomo del brazo y literalmente me arrastro adentro de la casa importándole poco arruinar el pomposo vestido verde que me habían obligado a usar. Cuando llegamos al recibidor, pude apreciar como las sirvientas se ubicaban en una fila a un lado de la entrada y el resto de la familia en el otro lado con Apolo. 

-Lamento este inconveniente, señor. Axelia tiende a desaparecer sin pleno aviso...

Mientras mi hermana seguía con su sermón, pude apreciar a la persona delante de mi. Era alto y se notaba su entrada a la vejez con los leves cabellos blancos asomándose en su castaña cabellera bien peinada y las pequeñas arrugas en su rostro; vestido nada mas que con una pulcra túnica blanca y un pequeño libro bajo su brazo.

Let's Meet at the Witches' GatheringDonde viven las historias. Descúbrelo ahora