Let's Meet at the Witches' Gathering

-01-

- Actualidad -

Haly P.O.V

Cerré mis ojos para intentar reprimir aquel fatídico recuerdo, los ojos se me inundaban en lágrimas ante la simple visión. Ese suceso había dejado una gran huella en mi, una muy difícil de borrar y la principal causante de mi actual situación.

-¿Otra vez pensando en eso, Haly?

Abrí los ojos al oír aquella familiar y cantarina voz cerca de mi; baje la vista hasta mi regazo encontrándome con la pequeña figura de Sevas y sus profundos fanales cual carbón me escrutinaban esperando encontrar algo.

-Deja de leerme la mente, me haces sentir barrenada.

-Deja de pensar en eso entonces.

Sevas se movió de mi regazo y escaló mi brazo hasta llegar a mi hombro. Su pequeña nariz olisqueó el lado de mi cuello y se acurrucó ahí.

-Pensar en eso solo alimentará tus miedos y marchitará tus deseos Haly, mejor piensa en lo lindo y suave que soy.

-Lo hago todo el tiempo, Sevas...

-Bien...

Le dí unas cuantas caricias a su pequeña cabeza y lo sentí acurrucarse aun mas en mi cuello. Dado a mi actual estatus de "Bruja" la sociedad ya me tenía tachada como seguidora del demonio o algo por el estilo y me veía en la pesada situación de vivir como una gitana.

Aunque, para ser sinceros, esta vida me favorece mucho. Ir a donde yo quisiera y cuando yo quisiera, conociendo mas lugares y personas en situaciones idénticas a la mía.

Mi hogar no era la gran cosa, prácticamente vivía en un remolque que mis padres me habían dado un tiempo después de "aquel" día, el cual yo misma personalice junto a uno de los primeros autos de Aileen - El cual no sabía que yo lo tenía - En cuanto a mi ahora profesión, pues, bien.

Solté un gran suspiro y me levante de la cama de mi "habitación", bajé con cuidado los cinco escalones que tenía como escalera y me encaminé a la pequeña mesa cerca de la puerta en la cual estaba ubicado mi altar. La llama de la vela central titilaba tenuemente y alumbraba con ligereza los objetos cercanos a ella.

-Espero que esto sea lo correcto...

-Claro que es lo correcto Haly, de no ser así yo no estaría aquí.

¿En que momento se desperto este conejo charlatán?

-¡Oye! ¡Pude oír eso!

-Sevasteíte Dalmar, deja de leerme la mente, por favor o te juro que no comerás nada hasta que sea Samhain

Los ojos de Sevas volvieron a encararme desafiantemente, pero esto no duró mucho debido a varios toques a la puerta.

-¿Quien será?

Yo no esperaba a nadie y la gente estaba en su mayoría en su sano juicio para no acercarse a mi hogar, aunque no me sorprendería si fuera el cartero.

Nadie, no había nadie, solo una caja puesta delante de la puerta con un lazo negro sobre esta.

-Mhm... Raro

-¿Que hay en la caja?

-Ni idea

Cerré la puerta y me dirigí a la sala, una vez sentada en el sofá observé detenidamente el paquete antes abrirlo encontrándome con una nota dentro de ella junto a un cuarzo blanco.

-¿Quien lo envía?

Miré el remitente del paquete y una gran sonrisa apareció al instante. Era imposible no reconocer la pulcra caligrafía de la señora Lyle Haan, Suma sacerdotisa y líder del convén Hann.