Día 1

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Me llamo María, pero me suelen llamar Mar o Mia, como venga mejor. Tengo mi más ni menos que 16 años, hace 2 años cumplidos y os explicaré la historia por la que mi edad siempre será 16, la edad en plena adolescencia.

Hace dos años

-¡Mia!- Me llamó mi madre justo antes de salir por la puerta.

-¡Dime Elena!- Le grité llamándole por su nombre, burlándole sabiendo que odiaba que le llamara por su nombre.

-¡Sube ahora mismo! De aquí no te vas hasta que no me des un beso y me digas te quiero mamá, no Elena...-Me gritó desde la cima de la escalera.

-Voyy... pero que sepas que si llego tarde es por tu culpa.

-Me hago responsable de ello. ¿Hoy vas otra vez con tus amiguitas?- Me pregunta con un tono extraño.

-Si... ¿Por qué lo dices con ese tono?-Le pregunté extrañada.

-El otro día las vi y cuando salen van demasiado frescas, esas van a lo que van.- Me dijo ella insinuando que querían provocar.

-¡Claro que no!, sólo quieren vestirse como a ellas les gusta, igual que me gusta a mí ir así. No tienes porque hablar así de ellas.- Le contesté en manera de defensa.

-Van a acabar mal, así provocando y más en estos días...-Insinúa mi madre.

-Mamá, la culpa de que mujeres sean violadas no es culpa de la ropa o como se maquillen, es del violador, parece que no eres consciente todavía.-Le contesté mirando de reojo.

-Tienes que admitir que algo de culpa tienen las víctimas, ¿sino por qué a algunos violadores les rebajan la condena por la ropa que llevaba la víctima? Mucha gente critica la forma de condenar de los jueces, pero yo lo veo de lo más lógico.-Recriminó Elena.

-Mira...vamos a dejarlo mejor, que llego tarde. Otro día seguimos hablando sobre este tema.-Le di un beso en la mejilla antes de gritar un "te quiero" para después salir de la casa.

Eran las 11:10 p.m, llegaba 10 minutos tarde, como siempre, pero no tenía prisas, no quería correr, estaba segura de que ellas ya habían entrado en la discoteca por no esperarme, no tenia que preocuparme de que se enfadaran por esperarme.

Suena un mensaje del teléfono.

Leire:
Lo siento Mar, pero no
podía esperar más,
Jesús me estaba esperando
con ganas de algo🙃😋

Carla:
Yo no podía dejarle sola,
hoy duerme en mi casa y
están mis padres, alguien
tiene que controlarla.

Celia:
Por mi parte no tengo
excusa, sólo que no quería
quedarme sola en la calle,
qué miedo, ahora están todos
los hombres revolucionados.

Tranquilas, os comprendo
a todas, ha sido culpa de mi
madre que me ha entretenido
un poco con sus charlas de siempre.

Leire:
Como siempre...

Total, ya estoy entrando.

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