Caer Profundo
Sus uñas se entierran dolorosamente en el cuerpo ajeno. Lo besa, lo chupa, lo golpea, lo vuelve a besar para volver a golpearlo. Entonces jadea, jadea muy fuerte. Aún cuando el ronco sonido que emite suena desconocido para él, se permite follar sin reprimir ningún toque, ningún insulto, ninguna maldita expresión.
Él folla hasta hacer fallar su control.
Su mal carácter.
Su orgullo.
Porque dar rienda suelta a su agrio humor, su afilada lengua y su exageradamente caliente cuerpo, se siente tan increíble que por instantes teme hacerse adicto a la deliciosa sensación que experimenta en aquella habitación. Un íntimo y pequeño lugar donde puede ser libre.
Puede gritar, insultar, golpear, follar y gruñir a gusto.
Al menos por unos momentos.
¿Por qué no puede ser así siempre?
Se pregunta cuando los labios ajenos se deslizan por su cuello. Un pesado jadeo sale de su boca, y maldice al otro porque es todo lo que sabe hacer. Decir groserías y maldiciones es lo que mejor se le da, además de luchar. Bakugou lleva su mano hasta los cabellos bicolores, y lo jala hacia atrás con fuerza. Frunce el ceño molesto y apreta el blanquecino cuello sin llegar a lastimarlo gravemente, es una advertencia. No quiere sentir más debilidades. Pero Shōto es un experto en ignorar sus gritos y sólo hace lo que se le da la gana.
Maldito bastardo que le tocó conocer.
Siempre alterándolo, como si con exaltarlo consiguiera diversión asegurada. De verdad lo odia, lo odia mucho… Pero también lo desea, lo desea mucho. Entonces permite que bese su cuello y entierre sus dientes en la sudorosa piel. Aquello le arranca un gemido potente que le obliga a enterrar sus dedos en la espalda ajena.
Siente su bilis en la garganta.
De verdad que Endeavor se ensañó demasiado con el bastardo.
Aún así ignora las marcas, y ejerce más fuerza en el agarre. Quiere que duela, quiere dañar a Shōto, pero también quiere que lo folle hasta conseguir que la mente se nuble y todo lo externo a lo carnal desaparezca. Bakugou quiere usar a Todoroki, pero también quiere devolver lo recibido.
Él odia deberle cosas a la gente.
Es por eso que lo besa duro, salvaje y deliciosamente doloroso.
Un beso que es aceptado por Shōto. Ni siquiera se queja o replica. Él no es tan ruidoso como Bakugou pero aún así gime, demasiado. Y el rubio piensa que más logra arrancarle sonidos a ese idiota por medio del sexo que por una conversación trivial.
Entonces bufa en medio del intercambio de salivas.
Su chiste interno realmente le ha dado gracia.
Shōto embiste fuerte cuando nota la distracción del otro, no sabe en qué piensa, pero sí en lo que quiere que piense. Bakugou corta el beso porque sus comisuras amenazan con elevarse contra su voluntad, el ego le pesa demasiado como para permitirse continuar follando. Todoroki lo mira molesto.
— ¿Te pasa algo?
Pregunta con el ceño fruncido. Bakugou chasquea la lengua iracundo consigo mismo, sabe que ha sido pillado. Pero no le importa mucho realmente. Ese bastardo es bueno entendiéndolo sin necesidad de palabras.
—Lo siento —suelta confundiendo al rubio —, te molesta mi voz.
Bakugou reprime un golpe. Ese bastardo es realmente bueno comprendiéndolo en la lucha, pero en la cama podía ser un completo imbécil. Entonces lo ignora con un "haz lo que quieras" y entierra sus dedos en el cuello ajeno hasta traerlo a sus labios. El sexo siempre es fuerte, siempre es doloroso. Ellos no se tratan con suavidad ni cariño.
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Caer Profundo [ Bakugou Katsuki - Todoroki Shouto ]
FanfictionNo hay amor de por medio.