Su primer día de trabajo, diablos estaba ansioso de lo que le esperaba. Nada podía apagar todo el entusiasmo que tenia. Quería demostrarle a ese idiota todo el potencial que había en él. Sin embargo aquellas palabras que su nuevo jefe le había dicho hizo que los recuerdos de su niñez volvieran...
"No sirves para nada" "¿No puedes hacer nada bien?" "Se nota que eres un completo imbecil"
Todo eso le recordaba la dureza con la que siempre lo trato su padre, siendo uno de los mas débiles de la familia, Steve era la decepción de aquel hombre, quien nunca le había demostrado su cariño como el siempre soñó.
Steve se quedo inmóvil un segundos, notando como de sus mejillas rodaban algunas lagrimas, tal ves de tristeza o de ira, pero sabia que en este momento le demostraría a todos lo hábil que puede llegar a ser y Stark seria el primero en notarlo.
Entro a la torre y como era de esperarse Tony estaba ahi.
- es tu primer dia y llegas tarde, que dilema, bien ahora sigueme- Tony le dio un Tour por toda la empresa aclarando cada duda que se le presentara- te mostraré el lugar en donde trabajaras. Necesito saber que clase de idiota trabajara en mi empresa ¿no dirás nada?-Yo- nego y agachó la cabeza.
- Tenia razón, un tonto e inútil, mejor mantente así y no digas ninguna estupidez.- el castaño río de una forma burlona.
Steve solo lo seguía en silencio, demostrando que no rebajará su nivel con un idiota.
- Realmente estoy muy seguro de darte el empleo, ¿Tienes algún talento?- tomo una tasa de café y miro al rubio.
- Yo... soy dibujante...- un sonrojo intenso se adueñó del rostro de Steve provocando una liguera sonrisa en Tony.
- Así que dibujas, demostrarme que es verdad- lanzo una libreta y un lápiz en el pecho de Steve, por supuesto que esto no lo iba a intimidar ya que confiaba en su gran talento.
- ¿Que desea que dibuje?- bufo.
- A mi- la sonrisa de este era pícara.
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El empleado
RomanceSteve se ha mudado a Nueva York para tener una mejor vida, pero todo cambia cuando decide trabajar en las industrias Stark....