Shinjitsu no taki

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El nuevo equipo 7 se encontraba en la oficina de Tsunade, la quinta Hokage. Ésta los había llamado para una nueva misión que se llevaría a cabo en Kumogakure, concretamente la llamada Isla de la Tortuga.

¿Por qué esta aldea?

Sencillo.

Unos poderosos enemigos se habían infiltrado allí utilizando la isla como su escondite personal que, tras haber saqueado y robado diversas villas se llevaron sus tesoros más importantes.

Uno de ellos era el kunai de cristal capaz de cortar hasta el mismísimo acero y capaz de otorgar una enorme cantidad de chakra a quien lo controle. Por tanto, si caía en manos equivocadas era un objeto muy peligroso.

—Entonces... Tsunade-sama ¿cuándo partiremos? — preguntó Sakura.

—Partiréis mañana antes de ponerse el sol... sé que deberíais ir ahora mismo pero merecéis un día de descanso aunque sea— respondió Tsunade.

Cierto. Hace poco había sido el ataque de Pain y la aldea aún estaba reconstruyéndose. Sin embargo, Naruto y compañía se encontraban en buenas condiciones, inclusive, él mismo, que gracias al chakra del Kyūbi se había recuperado en menos de lo que canta un gallo.

—Bien, como es una misión de rastreo necesitaréis compañeros.

—Pero Tsunade-baachan con mi Sennin Mōdo podemos encontrar a quien sea— rebatió Naruto.

— ¡Naruto! — intervino Sakura dándole un golpe en la cabeza a su compañero— ¡No cuestiones lo que te digan!

Los presentes pusieron una cara de agotamiento ante la pelea que habían empezado ambos ninjas. Bueno... más bien el arrebato de "amor" que había tenido Sakura.

—Bien. Contamos con uno de los mejores equipos de rastreo que ayudaran a tu Sennin Mōdo. Aún no has podido perfeccionarlo del todo Naruto, por tanto, serás el apoyo de este equipo en el rastreo de los enemigos, ¿entendido?

—Sí...— respondió sin ganas. No quería tener nuevos compañeros porque todos estarían ocupados con la reconstrucción de Konoha. Aún no se había recuperado del todo del ataque de Akatsuki.

—Bien, podéis entrar chicos.

El equipo 7 se giró para observar cómo el equipo 8 entraba al despacho de la Godaime. Kiba Inuzuka, con su fiel compañero Akamaru, Shino Aburame, con sus fieles... ¿compañeros insectos? y la kunoichi Hinata Hyūga, quien estaba colorada como un tomate al ver al amor de su vida.

—Ahora procederemos a daros la ruta de rastreo. Ya hemos avisado a Kumogakure, así que no deberéis reportar a nadie de vuestra llegada. Os estarán esperando en cuanto pongáis un pie allí. No os dejéis que os descubran y, sobre todo, tened cuidado... ¿entendido?

— ¡Sí! — respondieron todos a la petición de la Hokage.



En las puertas de la villa se encontraban todos los equipos... excepto Hinata, quien llegaba extrañamente tarde. Kiba y Shino entendían el porqué de esto. Estaba aterrada de estar tanto tiempo con Naruto después de lo que había pasado con Pain, si bien no se recuperaba del todo, ella insistió en ir a esa misión.

Era extraño.

Tenía sentimientos encontrados respecto a eso. Había ayudado a Naruto, obtenido el elogio de su clan y evitado que el ataque fuera a peor... por otro lado, por su culpa Naruto se convirtió en el Kyūbi, pudiendo sentir ese odio intenso que desprendía. Pudo hablar de ello con Shikamaru, pues el genio de los Nara había estado velando sobre su estado, como buen genio, había notado lo que le rondaba por la cabeza.

Shinjitsu no taki [One-shot]Where stories live. Discover now