prólogo

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Sabes que el mundo esta mal cuando las personas elijen el dinero antes que la felicidad y te volviste la mía...

(°°.)(.°..) (.)(.°°.)(°.)

Cuando la felicidad no era algo común y de todos los días mas sin embargo estaba ahí. Antes de que las mentiras no lastimaran y se convirtieran en lo único que alejaba por algunos momentos la profunda tristeza de el corazon. Cuando en sus ojos había un brillo de mínima alegria.
Claro que para el joven Park Jimin cada día en ese lujoso y triste lugar era solo otro día de sufrimiento, que tenía que soportar, pero lo haría sin pensar, todo por el castaño que tanto quería. Pero... ¿como es que llego a ese lugar?, volvamos a ese último día.

-Jimin... -no hubo respuesta-¡Jimin!¡¡¡ JIMIN!!!-nuevamente no respondió-¡PARK JIMIN!

-¿que pasa?-pregunto forzando una sonrisa y lágrimas a punto de salir

-hyung, se ve más decaído de lo normal, por favor, ya no piense en eso
-...-no respondió y se limito a mirar al frente
-Hyung, diga algo-se acerco un poco más para elevar el rostro del contrario.

-Tae, tengo algo que decirte -las lágrimas comenzaron a salir de a poco.

-lo sé, Jimin-una gota de agua salada resbalo por su mejilla para caer en la mano de Jimin.

-Tengo miedo Taehyung, tampoco quiero alejarme de ti, eres en único que me apoya y el único que me brinda su cariño sin condiciones-sollozaba y lágrimas salian incontrolablemente de sus hermosos ojos marrones

-Tienes que ser fuerte mi Jiminie-lo tomo de el menton para que lo viera a los ojos- no importa cuanto tiempo pase, te seguiré queriendo Hyung- limpio delicadamente los rastros de las lágrimas que aun resbalaban por sus mejillas-prométeme que nunca dejaras que alguien borre tu presiosa sonrisa, es lo único que te pedirte antes de que te vallas-besó dulcemente sus abultadas mejillas mientras que el contrario solo se limitaba a sonreir
-Es hora de que regrese Tae-dijo con nostalgia

-lo sé, te quiero mucho, nunca lo olvides-Jimin se dirigió a la salida de aquella cafeteria, ese fue el único recuerdo que tuvo de la felicidad tan latente en un momento tan pequeño.

No paso mucho para que sus padres lo recogieran en uni de sus lujosos carros blancos donde ya tenían todo empacado para llevarlo a su destino.

El auto se estaciono frente a un gran edificio blanco con un gran gardin en el frente y con una enorme reja que evitaba que alguien saliera.

_lo lamaento Jimin, esto me duele más a mi que a ti-dijo su madre sin alguna pisca de tristeza-te prometo que te curaras

-No, por favor madre-trato de tomar su mano

-esta decidido Jimin, y no te vengas con tus homesexualidades, además no somos tus padres hasta que te cures por completo-dijo un hombre serio tras la mujer que se hacia llamar la madre de ese joven- No nos veras en un largo tiempo

-no importa que no les llame padres, nunca lo fueron, para mi son solo unos desconocidos- lágrimas iban a salir de sus pequeños ojos pero dos hombres vestidos de blanco lo tomaron de el brazo y le dieron instrucciones de el usó de todo en el lugar y le leyeron el reglamento y lo llevaron a su habitación.

Todo era diferente ahora, su vida cambio completamente en el momento que puso un pie en aquel lugar.
Su primera semana se podría reducir a DOLOR, físico y emocional.
Pero nunca dejaba de sonreir, le gustaba cuando lo dejaba salir unos cuantos minutos al jardin trasero, le gustaba sentir el sol tocando con ligereza su piel, sentir en la palma de sus manos los suaves pétalos de las flores y ver las hojas caer con elegancia u sutileza en un baile dirigido por el viento. Pero nada dura para siempre, lo adentran a esa casa de tortura diaria que vive día tras día, imaginando que en algún momento algo cambie y pueda ser completamente libre

Libre...

Para sentir la brisa de la mañana por un poco más de tiempo, probar otras cosas, para abrir su mente, para ser feliz

Feliz...

Nada más lejos de la realidad, su realidad.

Faltaría mucho para llegar a esa parte, se veía tan lejano, su vida siempre se nublo de tristezas y de la soledad que olvidaba cuando estaba con Taehyung.

No era muy diferente a lo que sentía ahora, solo que los medicamentos le ayudaban a no recordar parte de el día,su cuerpo se transformó en una farmacia y eatos quitaban el dolor de algunos golpes provocados por los enfermeros le proporcionaban en el rostro, piernas, brazos y costados así como las descargas eléctricas que le daban una vez cada tres días, aun así da más miedo el silencio.

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I Just need love youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora