Solo un sueño.

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-Me gusta todo de él, me gusta su sonrisa, su voz, su bello rostro, sus carnosos labios, como me mira...en fin, todo.
Me encanta despertar y que él sea lo primero que mis ojos ven; me acerco y lo abrazo procurando no despertarlo.
Wei Wuxian,Wei Ying para la familia, es la persona que robó mi corazón, nunca pensé que pasaría el resto de mis días junto a un hombre.. ¡Y que hombre! Aunque si tuviera que definirlo diría que es como un niño pequeño en busca de afecto y atención constantemente, cosa que logra con facilidad porque aunque no lo quiera todo el mundo voltea a verlo... ¿Y como no hacerlo? Nadie puede ignorar semejante belleza.
Mientras me encontraba perdido en mis pensamientos, la causa de que estuviera muerto de amor comenzaba a removerse al sentirse atrapado.
-Lan Zhan, buenos días. Me besa y me regala la más hermosas de las sonrisas, esas que solo son para mi.
-Buenos días, respondo, no soy hombre de muchas palabras pero le demuestro todo mi amor día a día en cada acción.
Wei Wuxian se levanta y se dirige a cambiar, me quedo un poco más descansando debido a un terrible dolor de cabeza que vino de repente aunque no duro mucho más acostado porqué escucho a Wei Ying gritando horriblemente.
Me levanto velozmente y voy en su búsqueda, él está tirado en el suelo cubierto de sangre.
Esto no podía estar sucediendo, cómo era posible? Me acerco y lo levanto, lo llamo desesperadamente mientras muevo su cuerpo.
Wei Ying abre lentamente sus ojos -debes despertar.
¿Qué? ¿Cómo que debo despertar?
-Wei Ying,no entiendo a qué te refieres, pero no hables, no uses tus energías.
-Lan Zhan, amor, despierta. Nuevamente me regala una de sus sonrisas y todo se vuelve oscuridad.
Despierto empapado en sudor, deben ser cerca de las 3 am. Mi dolor de cabeza es provocado por el licor que bebí... que por cierto es el favorito de la persona dueña de mi corazón.
Hoy es el aniversario de su muerte, me aferró a lo único que pude conservar de el... su listón rojo.
-Solo un sueño. Y comienzo a llorar, ya no llevo la cuenta de cuántas veces he llorado tu partida, solo la noche es testigo de lo mucho que te extraño y necesito.
Alzo la mirada a la luna y  susurro -Wei Ying... Acaso volverás?
Acerco el listón a mi pecho y vuelvo a dormir esperando encontrarte nuevamente.

Las palabras que nunca pude decir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora