La muerte de Lu Han. [HunHan]

ᴘᴀʀᴛᴇ ᴜ́ɴɪᴄᴀ.

╰seúl – ꜰebrero del 1904.

ㅤㅤXiao Lu Han estaba acostumbrado a huir de un lado a otro manteniendo su apariencia femenina que le daba el toque de curiosidad a los varones que siempre había cerca de él, por años había escuchado rumores sobre que era como una viuda negra; una mujer maldecida por el tiempo que acababa con la vida de cualquiera que yaciera con ella, pero nada era más lejos de la realidad. Lu Han evitaba cualquier tipo de relación o contacto con alguien que no fuera él mismo. El tiempo y los "Reyes de China" le habían arrebatado a sus padres y lo habrían hecho con él si sus largos y sedosos cabellos junto a sus trajes afeminados no hubieran ocultado su verdadera naturaleza.

ㅤㅤAquella noche, Lu Han llevaba un traje común, sin grandes lujos y con sus piernas ocultas tras unos pantalones de una tela que le molestaba, era gruesa, pesada para su delgado cuerpo, pero no quería fingir ser algo que no era; una noche no siendo una mujer como tal no mataba a nadie. Por eso se mantuvo oculto en el bar clandestino que había en un callejón lejos del centro de la ciudad.

ㅤEncontrarlo había sido sencillo siguiendo los rumores de que servían un buen licor y no mentían. El asiático estaba apoyado en una pared con una copa de licor entre sus delgados dedos cuando sintió la mirada de alguien sobre si mismo.

ㅤㅤEl chino estaba acostumbrado a las miradas, en sus años de vida había aceptado que era atractivo y una envidia para algunas mujeres cuando portaba los vestidos elegantes con los labios rosados, pero aquella mirada estaba consiguiendo ponerle nervioso, mucho más de lo habitual, así que tardó unos segundos en observar hacia el lugar dónde se encontraba el hombre que lo estaba mirando con insistencia.

ㅤEra alto, delgado, de mandíbula fina y sin vello en el rostro. A pesar de la poca luz, Lu Han lograba ver los ojos almendrados que había tras las pestañas de él, incluso concentrándose y olvidando el resto de olores, podía reconocer el suave toque almizclado con el tabaco que desprendía.

ㅤㅤSu corazón empezó a latir con fuerza cuando los ojos del hombre acabaron sobre los suyos, su cuerpo entero tembló en una sacudida que hizo caer el vaso de entre sus dedos al suelo, haciéndose añicos y manchando sus zapatos de color oscuro. Era la primera vez en años que el chino se sentía de aquella forma solo por una mirada, ni siquiera había un roce o un intercambio de palabras; simplemente había sentido como su alma entera se abría y moría por el hombre de cabello oscuro y piel ligeramente tostada que le observaba entre la gente. El aire volvió a su cuerpo cuando logró ver como sonreía por su torpeza, ¿se estaba riendo de él? La sola idea hizo que el calor que apenas notaba ya en su cuerpo tornara a sus mejillas en un intento de ruborizarse a la vez que se giraba y daba unos pasos hasta toparse con una pared, chocando con esta para acabar sintiendo un dolor agudo en su nariz la cual cubrió antes de correr fuera del lugar.

ㅤㅤEl aire frío de la noche surcó la calle vacía, arrastrando algunos periódicos y bolsas por el suelo del lugar mientras que intentaba recomponerse con una mano en el pecho. Si su madre le viera ahora se reiría de su actitud infantil, pero aquél hombre acababa de provocar algo nuevo en él, algo que no lograba explicar con ninguna claridad y que solo el viento era capaz de arrastrar hasta el otro lado de la ciudad; o eso creyó él. De nuevo, un olor varonil mezclado con tabaco y algo de alcohol llegó a sus fosas nasales, no le hizo falta girarse para saber que el mismo hombre del bar estaba tras él, haciendo que se asustara. ¿Y si los "Reyes de China" le habían encontrado para matarle? ¿Y si solo era un humano que odiaba a los vampiros e iba a acabar con él?