somebody to love

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–Pues nos está quedando guay. –comentó Alfred mientras se bajaba del escenario.

–Lo van a flipar. –sonrió Agoney, cogiendo la botella de agua y bebiendo un sorbo. –No se esperarán que cantemos esta juntos.

–Seguro que se esperan The Lady Is A Tramp.

Alfred se sentó en el borde del escenario, con las piernas colgando un poco y Agoney hizo lo mismo, apoyando una mano en su hombro mientras bajaba para no perder el equilibrio.

–Pues espero que se conformen con esto. –dijo, mientras movía ligeramente las piernas. –Porque esta canción significa mucho para mí. Y cantarla con alguien que significa tanto para mí... –sonrió mirando al suelo.

Alfred sintió un cosquilleo en el estómago y levantó la cabeza para mirar a su amigo.

–Jo. –dijo al ver la carita de felicidad del otro chico.

No sabía qué decir, así que simplemente le abrazó fuerte. Porque le pasaba muchas veces que con Agoney le sobraban las palabras. Con una mirada o con un simple abrazo se lo decían todo, y se alegraba de haber formado aquella conexión tan bonita con él desde la academia.

Cuando se separaron los dos tenían una sonrisa enorme en el rostro, y se miraron durante unos segundos antes de apartar la mirada un poco sonrojados.

–¿Vamos a comer algo? –propuso Alfred.

–Sí, vamos. –dijo Agoney, bajando de la tarima de un salto.

***

Amaia estaba en el concierto.

Alfred respiró hondo. El concierto acababa de empezar y él estaba en el backstage. Cuando escuchó a Agoney mencionar el nombre de la chica casi se le sale el corazón por la boca. ¿Qué hacía ella ahí?

Obviamente había ido a ver a Agoney. Solo a Agoney, ¿verdad? ¿O también estaba por él?

No, Agoney y Amaia eran muy amigos. Seguro que ya tenía pensado ir a su concierto y que Alfred fuera el invitado no había influido en nada. Al fin y al cabo lo habían dejado hacía unas semanas, no había ningún motivo por el cual hubiera ido a verle a él.

Aún así se puso nervioso. Ahora no podía dejar de pensar en lo que significaba aquello. O en si después del concierto se iban a ver o iban a hablar. ¿Y de qué hablaban? Es verdad que habían quedado como amigos, pero tal vez era un poco pronto para hacer como si nada. Porque Alfred ni siquiera sabía en qué punto se encontraba. Él quería a Amaia, y le había dolido mucho la ruptura. Hasta hace unos días lo único que quería era estar con ella. Pero ahora, después de pasar todo el día con Agoney... ya no sabía lo que quería. No sabía ni lo que sentía.

Las primeras canciones pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Pronto vio a Agoney entrar en el backstage y oyó la intro de Freddie Mercury.

–¿Estás listo? –le preguntó Agoney, con una sonrisa enorme.

Y no lo estaba. No lo había estado hasta que vio a su amigo con aquella cara de felicidad al escuchar la voz de uno de sus cantantes favoritos. Al sentir la adrenalina que corría por su cuerpo.

Le dio la mano bien fuerte, sonriendo mientras asentía. Agoney le abrazó y dejó un beso en su mejilla antes de salir al escenario. Alfred se preparó, ya con el micro en la mano mientras escuchaba como Agoney empezaba a cantar la canción.

Cuando Alfred salió al escenario pensó que la sala entera se iba a desmoronar por completo. Los gritos de la gente se hicieron ensordecedores. Sintió como temblaba el escenario y no sabía si era por la emoción del púbico o por la suya propia. Y cuando empezó a cantar todos los nervios desaparecieron. Solo podía ver a Agoney con aquella felicidad que desprendía, y todo fluyó solo.

Somebody To LoveWhere stories live. Discover now