Solo se necesito una muerte.
La muerte de Naruto Uzumaki, para que Konoha entera se enterara de la verdad. Pero también, para que pagaran por todo el daño hecho a Naruto bajo la furia del Bijū mas fuerte, el Kyūbi.
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Naruto Uzumaki era la descripción de pureza en toda su palabra. A pesar de todo lo que a sufrido en sus cortos cinco años, jamas pensó en vengarse ni una sola vez de aquellos civiles y shinobis que lo torturaban.
Incluso ahora, a minutos de morir, no piensa en vengarse por todo el sufrimiento que la aldea de Konoha le a causado.
Pero sin saberlo, toda Konoha iban a recibir su única venganza, aunque esta fuera sin su conocimiento. Porque siempre tuvieron al legado del Yondaime y ahora jamás podran tratarlo bien y arreglar sus errores.
Era era la única venganza de Naruto Uzumaki.
Que descanses en paz, Naruto, porque el mundo merece arder sin su Niño de la Profecía por todo el sufrimiento que no solo tuvo que pasar el, si no por todos los Jinchurikis que sufrieron bajo las manos de los humanos.
•••
Mientras afuera Naruto era torturado, en su mente, el pequeño de cinco años caminaba hasta llegar a una celda donde se podía ver a un enorme zorro anarajado de nueve colas con brillantes ojos color carmesí que lo observaban con burla.
«Bienvenido otra vez estúpido humano.»
Naruto solo miro con curiosidad al zorro que siempre estuvo con el molestándolo y tratando de hacer que cayera en la tentación de liberarlo. Jamás había entrado en su mente y ver como era el gran zorro. Solo hablaban mentalmente.
Pero mientras observaba al zorro, el Kyūbi solo pudo ver aceptación en la mirada del rubio. Era la aceptación que venía al final de todo, cuando uno estaba listo para irse al más allá. Una mirada muy vieja para un niño de cinco años. Pero eso no fue lo que hizo al zorro pausar.
Fue su sonrisa.
-Finalmente, comenzaba a pensar que no había una salida de este infierno. Finalmente, puedo descansar. -su sonrisa solo creció, feliz de recibir el descanso eterno tan merecido.
Naruto se acerco a la celda. Sus ojos llenos de compasión y comprensión.
-Se lo que se siente ser encarcelado. Eso no volverá a pasar.
El Kyūbi estaba algo confundio y sospechoso del rubio. Mientras, Naruto no sabía como quitar el sello. Pero como si estuviera cumpliendo su voluntad, este cayó hasta que alcanzo las manos pequeñas del rubio. Estaba lo suficiente bajo como para poder arrancarlo y liberar al zorro.
-Se libre Kyūbi. Como yo jamás pude ser.
Y con una última sonrisa en sus pequeños labios rosados, Naruto quito el sello, sin siquiera darle tiempo al Yondaime de salir y detenerlo. Pero no era necesario, en el mas allá, todo le seria explicado y Minato vería esta acción como algo que Konoha merecía. Por quitarle la inocencia, la niñez y la felicidad de su hijo de a penas cinco años. Que Kushina lo perdonara por haber sido tan ingenuo.
