El final del principio

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La castaña estaba viendo al techo pensando de cómo había llegado hasta ese momento, no sabía de cómo se había destapado todo eso, ni mucho menos de quien la había delatado, estaba todo muy bien planeado, ni la mejor mente hubiera podido descubrirlo antes que ella y su hermana lo hubieran desmantelado para que no quedara en evidencia de lo que habían hecho, eso estaba claro, había alguien que lo arruinó todo, tal vez fue ella misma, su mente fría siempre fue su arma secreto, planeaba cualquier escenario, pero nunca se planteó enamorarse, tal vez esa fue su falla y la de su hermana, pero el sentido no era en si enamorarse, si no de quien, de quien su hermana le advirtió tantas veces, habían planeado enamorarlo, para sacarle información mientras ellas seguían operando, pero aun así, nunca le contó nada ¿Cuál fue el fallo entonces? Era imposible que él sospechara, tenía mucho cuidado de lo que hablaba, lo amaba, pero, había mucha gente involucrada en eso pensó en su madre, su padre y su hermana, no quería para nada decepcionar a sus padres, no podría soportar la mirada de ellos hacia su hermana y a ella.

- Harper tiene visitas – Dice la oficial con voz dominante mientras esta reza que no hayan sido sus padres – Ya sabes que tenemos orden de disparar por si se te ocurre hacer una tontería

- ¿Yo? ¿Cómo podría escapar de esta cárcel de máxima seguridad? – Dice en tono burlón e irónico - ¿Tienes alguna idea de cómo escapar oficial Black?... Auch – Esta se queja cuando la oficial le pone las esposas – ¡Con cuidado!

- Déjate de bromitas, vamos camina

Esta la hace caminar por un largo pasillo donde las reas empiezan a gritar y silbar groserías, mientras que Daniela, camina con la mirada al frente y con la cabeza de alto, ignora a todas mientras ese pasillo se hacía infinito para ella, pero en su corazón lo que más le preocupaba era su hermana, no la había visto y no sabía cómo estaban

- La chica que vino conmigo ¿Dónde está? – Habla en un susurro, no quería que la escucharan, pero necesitaba preguntar

- ¿Hablas de tu gemela? – Dice la oficial, en tono seco

- Sí ¿Dónde está?

- En otra celda

- ¿Por qué?

- ...

Esta entendió que no iba a decir nada, solo debía saber que estaba bien y estaba viva, con eso le bastaba, encontrarían la forma de comunicarse con ella, por lo menos de verla, esperaba que muy pronto fuera ese reencuentro donde podrían estar juntas y pensar en algo de cómo escapar o aceptar ese castigo que bien merecido se lo tenían, cuando llega a la puerta donde estarían las visitas esta trata de ver quien era el que la había sacado de su soledad, al no ver a sus padres, se alivió, pero cuando vio una cabellera rubia mientras su mirada color miel se mantenía en una de las esquinas del vidrio que los separaría, esta prefirió quedarse en la celda, que estaba mucho más cómoda, el joven levantó la mirada mientras se encontraba con los ojos azules de Daniela, ninguno sonrió, este la siguió hasta la silla donde la encadenaron y le dieron permiso de agarra el teléfono de pared ella mientras no despega la mirada del rubio mientras poco a poco agarra el teléfono.

- Hola

- ¿A qué vienes?

- Yo debería de ser el que este enojado, el indignado, yo fui el que salió engañado – Dice serios mientras Daniela mantiene la calma mientras lo escucha

- Primero que todo, yo nunca tuve la intensión de hacerte daño, no quería que se saliera de control...

- ¿Y qué esperabas? ¿Qué siempre viviera con esa venda en los ojos?

- No

- ¿Qué terminaras por exprimirme y luego dejarme?

- No

Prision || Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora