- Nos persigue el amanecer - dijo con sus ojos posados en mi. Estos poseían un brillo que amaba. Estaban llenos de ternura y emoción, con unas pequeñas arrugas que complementaban su rostro a la perfección.
- Pero lograremos escapar, aún que sea por un par de minutos- respondí siguiendo su juego. No dejo de sonreír, le devolví el gesto.
- ¿Sabes lo que siempre quise?- negué con la cabeza, a decir verdad tenia una idea pero no quería romper la magia del momento.- viajar. Y lo hice.- volteó buscando mi mirada pero estaba posada en los pequeños rayos de sol que robaban la noche del cielo.- Ame viajar y ver el mundo, pero sin duda ame volver. - volteé mi cabeza y sus ojos chocaron con los míos. - te extrañe cada segundo, por más chicle que suene - soltó una risa nerviosa. El silencio incómodo se hizo presente. Me quede estática en mi lugar, sin palabras. Felicidades Sr. Blyde eres uno de los primeros que me deja sin habla.
-Debemos volver, Marilla te matará.
- Se volverá loca- reí imaginándome la expresión de la susodicha, haciendo que el riera conmigo.
Nos levantamos del pasto y nos dispusimos a caminar.
- Gracias por el recorrido,- hable en cuanto comenzamos a acercarnos a la vieja construcción- fue hermoso.- llegamos con la mañana y nos habíamos ido con el atardecer, definitivamente era mujer muerta.
- De nada, fue un placer - guiñó un ojo y pude sentir las famosas "mariposas".
- Adios - bese su mejilla y corrí los dos escalones que me separaban de la puerta, seguramente me arrepentiría de eso más tarde.
- Princesa te rescátate de la torre y volveremos a huir- una carcajada salió de mi garganta y el solo sonrió mientras, con pasos lentos, seguía su camino. Me quede en ese lugar mirando como su figura desaparecía a lo lejos.
- Te estaré esperando Gilbert - susurré y me adentré a la casa.
