Mi primer día

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Me llamo Samuel Noval Ruiz, soy un joven de la Rioja que decidió emprender sus estudios en la maravillosa ciudad de Salamanca como cualquier otro chico.

Tras una PAU (prueba de acceso a la universidad) dura y un verano lleno de golpes bajos hoy, día 19 de Agosto de 2014 decidí ir a visitar la ciudad que me instruirá, que me dará el camino para llegar a mis sueños.

Llegué temprano, a eso de las 12:30 de la mañana, cuando bajé del coche pude ver por primera vez el lugar donde encontraría el pase al mundo onírico en las noches que viviese bajo este cielo castellanoleones, la residencia universitaria colegio cuenca, allí atendieron todas y cada una de mis torpes dudas, me enseñaron todas las actividades que allí podría realizar, la verdad es que en este momento aun estaba nervioso por como serían los primeros días en esta hermosa ciudad.

Tras colocar mis enseres en la habitación que me asignaron, la P-01, me dirigí a ver el camino hacia la facultad de la carrera que iba a hacer en este maná de sueños y oportunidades, durante el camino las grandes y bellas estructuras románicas, góticas, renacentistas, barrocas y neoclásicas hacían que mi mente se trasladase a tiempos en los que los caballeros batallaban no solo por su rey, si no por el amor de su dama; pasé por la catedral, la casa de las conchas, entre otros bellos monumentos. Llegué a las 14:30 a la facultad de ciencias y ciencias químicas donde se impartirían ciertas clases de mi amada geología. Estaba exhausto por el viaje de mas de 300km en coche, por lo que decidí deleitarme con los platos de la zona mas viva de la ciudad, el centro, allí era como si los habitantes me acogiesen como a uno más, algo que nunca antes había sentido en esta vida, su trato familiar, cercano, amable y cariñoso hizo que brotase en mi una sensación de amor hacia esta ciudad, pero aquí no termina todo lo que este viaje me hizo sentir por tal maravilla.

Tras una merecida siesta, volví al casco histórico, allí visité la magnífica catedral de Salamanca y las historias que pude escuchar a través de la audio guía me cautivaron: Los esfuerzos por proteger a la universidad, la libertad, las batallas vividas por los que allí moran sin sufrir ya mas daño; la historia de esta ciudad, en definitiva, no voy a engañar diciendo que no me emocioné al escuchar tales relatos, pero esto no es lo que me hizo decir: "quiero ser de aquí, vivir como uno mas, sufrir, amar, vivir con esta ciudad", fue la cosa mas insignificante, algo que cualquiera podría pasar por alto, un trenecito, un tren turístico que me llevó por las zonas más bonitas que mis retinas jamás podrían haber representado, allí escuche las historias de como Fernando de Rojas ideó la celestina, de como desde los primeros pobladores, los bretones, hasta los tiempos de Francisco Franco todos habían dejado allí su granito de arena, las historias de por ejemplo la dama que se disfrazó de hombre para poder estudiar en la universidad de Salamanca e incluso algo tan banal, como ver el símbolo de la unesco en un prado hicieron que viese algo de este emplazamiento, un corazón negro, de tinta, que bombeó su magia a través de las manos de autores que cautivaron a todo el mundo y que lo siguen haciendo, por eso escribo hoy esto, desde la cama de la residencia, para que todos conozcáis lo que yo vi, ese corazón que bombea tinta sobre las historias que pasaron en este lugar del planeta y que por supuesto lo seguirá haciendo con las historias actuales.

Salamanca no es solo una ciudad, Salamanca vive, en cada esquina, en cada losa y yo quiero vivir con ella.

SalamancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora