CAPITULO 23

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— ¡______! —Exclamó mi hermana apareciendo en el cuarto con el rostro transformado de preocupación— ¡¡Dios! ¿Qué diablos es lo que ocurre? —Me tomó de los brazos y buscó mi mirada con desesperación— Estás temblando… Vamos ______, dime que es lo que sucede —Nunca la había visto tan preocupada.
—Harry… Se llevaron a Harry al hospital, Elena —Y nuevamente las lágrimas en mis mejillas resbalan con peso.

Desesperada, asustada… avisamos a la familia y localizamos a alguien que tuviera idea de cual era el hospital al cual lo habían trasladado.

Apenas el motor del vehículo de mi hermana, tiré de la puerta y salí corriendo hacia el interior del gran edificio.

No fue difícil encontrar la habitación, afuera de aquella estaba lleno de jóvenes.

—______... —Sollozó Stacy al verme llegar.
— ¿Dónde está? —Ni si quiera me fijé en sus ojos, no hacía más que mirar a los alrededores y poder entrar a ver su rostro de una sola vez.
—No puedes entrar amiga, está en urgencias —Me abrazó y yo la separé enseguida.
— ¡NO! ¡Maldita sea! ¡Tengo que entrar ahora! —Grité furiosa.
—_______, tranquila… Saldrá bien ¿Si? —Me sonrió levemente, trataba de calmar mis nervios, mi miedo y mi pena, pero después de todo sería en vano.
—Quiero verlo… —Sollocé arrojándome en sus brazos y sin esperar un segundo más, nuevamente estaba llorando.

Una hora transcurrida y nada… la gente comenzaba a abandonar el lugar y solo quedábamos la familia, mi hermana, mis padres, Stacy y yo.

Una hora más y… nada.

Dos horas más… y seguíamos sin noticias.

—Amiga, ya tengo que irme —Me susurró con la voz seca.
—Está bien, descuida —Sonreí sin ánimos y volví a mirar el suelo.

Sentí sus brazos rodear mi cuerpo, entregándome cariño y confianza, y no era la suficiente.

La vi alejarse y me quedé sentada sola en una fila de bancas, no quería estar con nadie, solo quería estar en silencio, pensar en él y rezar a dios para que le diera fuerzas y pudiera continuar conmigo, a mi lado.

Un hombre de delantal blanco se acercaba por el pasillo y todos nos pusimos de pie.

— ¿Cómo está? —Fui la primera en preguntar, al estar mas cerca.

Solo me miró con frialdad y se acercó a los padres.

— ¿Cómo está mi hijo? —Preguntó enseguida Anne y mi dolor aumentaba al verla a los ojos rojos y cansados.
—Me tome informales que no se encuentra en buenas condiciones —Musitó sin expresión alguna— Tratamos se estabilizarlo y haremos lo que se pueda.
— ¿Podemos verlo? —Rogué con la voz quebrada.
—Está en coma —Agregó mirándome serio.
—Solo queremos verlo —Pidió Anne con la voz ahogada.

El hombre de aspecto duro y frío agachó el rostro y suspiró.

—Que sean solo unos segundos. Síganme —Todos comenzaron a caminar, menos yo, quien me quedé estática en el pasillo. Lo quería solo para mí.

Todos entraron y Zayn se quedó atrás para esperarme.

— ¿No vienes? —Me miró con los ojos llorosos.

Solo negué con la cabeza.

—Luego voy yo —Susurré.

Y entró en la sala. Me quedé sola y esperé impaciente caminando con las piernas temblorosas de un lado a otro.

—Saldrá bien, todo saldrá bien —Escuché a lo lejos la voz del padre. Ya salían.

Todos salieron y se fueron sin importar mi presencia a la cafetería de la clínica. La mayoría se encontraban agotados, soñolientos, pero se quedarían todo el tiempo que fuese necesario.

Enamorada de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora