La clase de lenguaje me iba pareciendo mas aburrida a medida que pasaba el tiempo.
Después de un buen rato de charla, nuestra profesora se dirigió a recoger los deberes que nos había mandado el día anterior. Al ver que Ángel no tenia sus deberes en mano, se enfadó demasiado, y como todos sabíamos, procedió a ponerle un castigo:
-Señorito Ángel González, visto que sus notas son catastróficas y no pone interés en hacer la tarea, me temo que debo ponerle el castigo de hacer una presentación dirigida a los géneros literarios, la cual no hará solo, si no con su compañera, la señorita Laura García.
-¿QUEEEE?-Gritamos a unísono Ángel y yo
-Si os negáis, tomaré medidas drásticas, las cuales no serán de vuestro agrado.
Al acabar la clase me dirigí a hablar con Ángel. Estaba en la otra punta de clase, sentado en una de las baldas, la cual sobraba, ya que los libros ocupaban menos de media balda. Su mirada era triste, pero al acercarme cambió a ser despreciable.
-Ho, Hola Ángel
-Hola-Dijo éste con desprecio
-Que te parece si quedamos a la salida del colegio en la biblioteca, para hacer el trabajo, me refiero...
-Bueno, si no queda mas remedio...
Me marche despidiéndome con un leve gesto de cabeza, y me dirigí rápidamente a hablar con Elena.
-Elena...
-Lo sé, tienes mala suerte, y de la buena
-Pues si, he quedado con él en la biblioteca al final de las clases, espero no tener que marcharme del agobio
-Suerte cielo
Cuando acabaron las clases, fui a la biblioteca, como habíamos acordado Ángel y yo, y por sorpresa, aún no había llegado, con lo cual, me senté en una mesa y dibujé alguna viñeta de un cómic que tenia en mente publicar.
Al de quince minutos aproximados, olí cerca de mi un perfume que me enloqueció, a decir verdad, la mayoría de perfumes masculinos me encantaban, pero este olor era especial, y tras su perfume apareció Ángel, con un amargo hola saliendo de su boca.
Estaba realmente guapo, nunca pensé que Ángel fuera un chico feo, al contrario, me resultaba bastante atractivo. Tenía unos densos ojos verdes, con manchas azuladas, algunas pequeñas pecas destacaban por sus pómulos, su pelo era común, marrón oscuro, color castaño.
-Bueno, manos a la obra, ¿no?-Dije finalmente
-Vamos a ello.
Sonreí y sonrió.
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Why no?
RomanceLaura, una quinceañera que nunca triunfó en el amor. Angel, el típico quinceañero popular del instituto. Nunca nadie pensó ver juntos a estos dos adolescentes, pero una asignatura les juntará, aún que sea por una hora...¿compañerismo o algo más?