Nueve

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Su puño toco mi ojo y su palma mi otra mejilla,  de nuevo su mano galpeo mi rostro pero esta vez pego contra mi labio el cual comenzó a sangrar.

No puedo decir nada ya que me irá peor, mi vida es tan miserable ¿por que soy tan cobarde y me dejo lastimar?.

— LARGATE DE MI VISTA ANTES DE QUE SUCEDA ALGO PEOR - me grita

Salgo corriendo hacia afuera de la mansión y me dirijo hasta el patio trasero.

¡odio ser tan tonta! No puedo creer que me deje golpear y que ni siquiera me defienda,  el dia de mañana no podre ir al colegio.

Saque mi teléfono y vi mi reflejo en la pantalla, mi ojo esta morado, mi labio estaba sangrando y mi mejilla tenia la marca de su mano.

Mis lágrimas caigan y tocaban mi labio el cual dolia pero aun así seguía llorando,  es inevitable no hacerlo teniendo tantos problemas y con el rostro lleno de golpes.

En verdad duele el que tus padres te digan que jamas te han querido y que te golpeen por la mínima cosa que hagas. He vivido esto toda mi vida y he sentido tantos dolores de maneras diferentes, a ellos no les importa lastimarme,  a ellos les importa complacer su odio hacia mi. A ellos no les importo yo,  les importa mi hermano. A ellos no les importa nada que tenga que ver conmigo.

Todo es culpa de la profesora por decirle a mi padre el por que me pego.

¡Agg maldita vieja como la odio!

El chico de las tarjetas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora