En la escuela la vida no es nada sabrosa

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*Oye Gabo! escuché que alguien gritó, y después sentí una mano sobre mi hombro.
Volteé la mirada y vi un rostro familiar: Era Mitzy.
Mitzy era mi mejor amiga desde que yo había llegado a la escuela hacía ya unos 4 o 5 años. Llegué a enseñarle a armar el cubo, pero no le gustaba tanto que digamos.
Hola! solo le dije, puesto que me encontraba distraído y aún pensando en lo que me había pasado la noche anterior.
*Qué pasa? te noto algo distraído hoy me dijo y luego se sonrío. Instantes después sonó el timbre que indicaba que ya era hora de entrar a las aulas para comenzar con los castigos. Digo, clases.
La verdad es que las clases me las pasaba generalmente bromeando, porque me gustaba hacer reír a mis amigos y que ellos se pudieran reír conmigo y que cambien esas caras de estreñimiento, por una sonrisa que purifica el alma.
Me daba un poco igual estudiar, porque era el "inteligente" del salón y además de que la mayoría de temas que hacíamos, yo ya los sabía o eran demasiado fáciles.
Bueno, de eso no trata la historia jaja.
Sentí que el día había pasado mas rápido de lo normal.
Salí de la escuela y me dirigí presuroso hacía mi casa.
Saludé y subí a mi habitación corriendo.
Cogí el móvil, dipuesto a revisar si tenía mensajes nuevos. Efectivamente, tenía dos mensajes de Mitzy los cuales me había enviado solo segundos antes.
"Gabriel, te puedo contar algo?" "pero promete no contarle de esto a nadie"
Leí ambos mensajes y me sentí intrigado. Le respondí. Al rato mi madre gritó:"Hijo, ya baja para que almuerces". Bajé y me demoré media hora almorzando.
Acabé y subí otra vez a mi habitación.
Lo que posteriormente leí en nuestro chat, me dejó impactado y confundido.
"Anoche, cuando fui a dormir, tuve un sueño muy extraño... soñé que estaba como en una cúpula que daba vista de una habitación blanca en la cual estabas tú... y ví como armabas un cubo de esos que tu tienes y que después todo oscureció y desperté.. pensé llamarte pero no lo hice...no sé por qué"
Me puse las zapatillas y salí con dirección a su casa, la que quedaba a unas cuantas cuadras de la mía.
Llegué y llamé a la puerta, a lo que salió su mamá y me invitó a pasar.
Apenas entré le dije que teníamos que hablar respecto a lo que ella me había contado.
Le conté que todo lo que ella me había contado por chat el también lo había soñado. Ahora ambos teníamos una expresión de desconcierto en el rostro, tratando de resolver el como y el por que ambos habíamos estado en el mismo lugar en el mismo sueño.
De pronto, se le ocurrió una idea algo tenebrosa pero que probablemente iba a funcionar:
Vayamos a dormir a la misma hora y veamos si el sueño se repite o si simplemente era una coincidencia.
Ese mismo día, horas después(10:30 siendo específicos) nos encontrábamos cada quien en su cama, tratando de dormir a ver si sucedía lo que ambos estaban imaginando: "Reencontrarse" en un sueño como la noche anterior.
Apagué la luz.

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