Caryophyllus

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(Clavel. Nombre científico: Dianthus Caryophyllus. Es una planta herbácea originaria de la zona mediterránea, aunque también conocida en la península ibérica. La flor pertenece a la orden de las Caryophyllales, familia de las Caryophyllaceae, y la mayor parte de sus especies florece durante todo el año.)

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Al filo de la medianoche las primeras espinas comenzaron a brotar dentro de su garganta, agudas, raspando y desgarrando la carne como si se tratase de la tela más delicada, la sangre no tardó en ser expulsada fuera de su interior junto con los otros pétalos, inmaculados claveles blancos, y su laringe palpitaba en un ardiente dolor, lo inmovilizaba provocándole una desesperante sensación de asfixia...
Mas nada podía realmente causarle más dolor que el simple pensamiento de Shiro, Shiro, quien jamás se dio por vencido con él, Shiro, quien siempre confió en él, apoyándolo hasta el final, el mismo Shiro por el cual había perdido la cordura, Shiro, Shiro, Shiro...

El hanahaki era una enfermedad mítica japonesa, Keith había leído sobre ella alguna vez, sin acreditarle importancia en absoluto por aquel tiempo. Pensó que sólo se trataba de una leyenda, inventada para romantizar el sufrimiento de un amor no correspondido, pero es gracioso -casi irónico cómo la fantasía puede volverse realidad en nada de tiempo. Keith, con diecisiete años de edad, padecía de esta rara condición.

El hanahaki se había presentado en él hacía unos pocos meses, pero debido a la magnitud de aquel dolor que amar sin ser correspondido traía como consecuencia, ésta avanzó a pasos agigantados, se esparcía por su cuerpo cual fiebre y consumía su ser de una forma firme y tortuosa. Varias veces en un día se encontraba cancelando sus misiones debido a la constante necesidad de purgar los pétalos, éstos nunca variaban: níveos pétalos de claveles, tal vez el amor que Keith sentía era así de puro... Los síntomas persistían, empeoraban cada vez, su cuerpo ya no funcionaba como antes, sus noches eran insomnes, su piel había adquirido un tono extremadamente pálido, casi tan blanca como los pétalos que su interior expulsaba; los días fueron pasando, el hanahaki iba cobrando más fuerza con cada momento, con cada imagen errática de Shiro que cruzaba por su mente. Los claveles lo estaban devorando vivo, Keith sabía que esta era una enfermedad terminal, mas nunca renunciaría a su amor por Shiro, jamás, a pesar de que esto trajera su muerte como consecuencia.

-¿Keith, estás ahí? -La voz de Shiro se hizo audible detrás de la puerta corrediza, logrando exaltarlo en sorpresa.

No, Shiro era la última persona que quería ver entonces...

-Ya voy -Respondió con algo de dificultad desde el interior de su habitación.

Rápidamente se dispuso a recoger los pétalos manchados de sangre fresca, las flores habían estado siendo acompañadas por sangre desde hacía ya dos días, lo cual logró alarmar a Keith, puesto que con esto se hallaba ya en la segunda etapa de la condición...
La puerta se abrió de manera sorpresiva, dejando entrar a un preocupado Shiro, quien sólo pudo fruncir el ceño con sumo ímpetu al ver la sangre gotear entre los dedos de su compañero.

El hanahaki que Keith sufría no había pasado desapercibido en el cuartel, el primero en notarlo fue Lance, en una visita aleatoria a su habitación; Keith le rogó que mantuviera aquella aflicción en secreto, y fue así, muy por el contrario a lo que uno pensaría, Lance mantuvo cerrado el pico por días, incluso semanas, Keith se delató a sí mismo durante una reunión, limitándose a guardar silencio e intentando fallidamente reprimir la tos, dado a que más temprano que tarde, sucumbió ante la imperiosa necesidad de expulsar los claveles, y pronto se vio a sí mismo escupiendo aquellas desbordantes flores en exceso. Los demás miembros de Voltron ofrecieron ayuda, pero Keith la rechazó con bastante desdén... Si quería que Shiro reciprocara sus sentimientos, no iba a ser a costa de una enfermedad.

Caryophyllus ➳ SheithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora