Discusión

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Por lo general el 221B de la calle Baker siempre eran una mezcla de ruidos, si no era uno de los experimentos de Sherlock era la pequeña Rosi con un espíritu curioso y alegre que llenaba de felicidad a la pareja de aquel departamento.

Ya desde hace 3 años que Rosi había nacido y apenas 2 años desde que John Watson y Sherlock Holmes se habían echo una pareja oficial, ambos cuidaban a Rosi además de los gastos de la misma casa.
El doctor salía a trabajar y dejaba que Sherlock cuidara de la niña ya que apesar de lo que se podía creer el detective le había tomado un apreció inmenso tenia suerte de que su trabajo le permitía estar en casa con la pequeña.

Sus amigos habían estado imprecionados ya que no esperaban esa relación aún que algunos si lo hacían, por ejemplo Mycroft y la señora Hodson.
Sin embargo eran una familia normal dentro de lo que cabía el orden de  Sherlock

Era una familia

Una bastante rara pero lo eran y habían funcionado bastante bien, John podía dejar a Rosi en el departamento sin preocuparse y regresar a casa para ver a su pareja con su pequeña hija quienes le recibiab con gusto.

Por lo general Sherlock disfrutaba mucho de educar a Rosi en todo lo que podía, la niña tenía tres años y tenía un talento para el piano magnífico que Sherlock acompañaba con su violin.
Sherlock cuidaba a Rosi todo el tiempo y John no había tenido problemas con eso nunca...

Al menos hasta ahora.

Sherlock llegó a casa a eso de la 1 pm cuando Rosi tenía que salir del jardín de niños como siempre la niña estaba dando brinquitos mientras mantenía su manita aferrada a la de Sherlock, una escena bastante habitual desde hace tiempo que en el pasado seguro nadie hubiera imaginado ver.

-abuelita ya llegamos! - grito la niña feliz mientras dejaba su mochila en la entrada alado del abrigo de Sherlock que este terminaba de colgar.
La pequeña Rosi estaba vestida con un overol azul y una camiseta rosa debajo junto a unos zapatos rosas.

- querida como te fue hoy?- saludo la señora Hodson a los recien llegado mientras la pequeña niña corría a abrazarse a las piernas de la anciana.

-muy bien, papi me mostro sobre la Pototintesi- le contó la niña muy feliz mientras la dulce anciana le acariciaba la cabeza.

-Se dice Photosintesis, Rosi... Por lo menos la entendiste con el diagrama de gomitas- Sherlock se sacó la bufanda tras corregir a la niña, solía enseñarle de la mejor manera ese tipo de cosas que consideraba necesarias.

-bueno ya casi esta listo el almuerzo, querida ayúdame a ponerle las chispas al pastel- le pidió la anciana mientras Rosi se ponía a saltar con emoción agarrando la mano de la mujer para poder ir a la cocina.
Sherlock no pudo ocultar una sonrisa al ver a la pequeña tan feliz, se acerco a su abrigo para poder sacar su celular y ponerse a trabajar.
Desde que había comenzado a tener a su adorada familia la mayoría de sus casos eran de escritorio y aún así podía encontrar casos muy interesantes... Pero sería mentir si decía que había renunciado a los casos emocionantes de campo.

Nada como perseguir a un asesino en serie o estar en una escena de crimen, trabajaba mayormente para la policía pero agradecía que su trabajo no le quitaba tanto tiempo como para no poder cuidar a Rosi.

Sherlock subió a la sala para poder buscar unos papeles antes de comer con la señora Hodson y Rosi.

Sin embargo mientras subía vio el suelo con atención encontrando un poco de tierra...sabía que eso no la dejó ninguno de ellos,además de que no estaba cuando salió con Rosi.
Era de un parque, era demasiado obvio este echo gracias a la textura de esta, la tomo y la olfato un poco reconociendo de donde era.

¡Ella no es tu hija! ( Johnlock )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora