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Narra Sun hee

Salí al patio en busca de Black, era hora de comer y aún no aparecía. No lo encontraba por ningún lado. Llamé su nombre unas seis veces y nada, el por lo general respondía en seguida viniendo hacia mí, entré a la casa a buscarlo nuevamente. Nada.

Un segundo.

Salí a comprar, ¿cerré la puerta? Lo hice. ¿O no? Demonios. Salí al patio de nuevo y miré la puerta, estaba entre abierta, la abrí y miré alrededor, qué descuidada fui. Cerré los ojos, me sujeté las sienes y bufé con frustración.

Oí un ladrido y abrí los ojos. Black.

Miré la calle y nada, solo niños jugando y al parecer un hombre que estaba saliendo de viaje.

Miré la calle otra vez, quizá se había ido a la plaza más cercana. Me encaminé hacia allá. El día estaba medio soleado pero hacía frío, no me eché bloqueador antes de salir y mis prendas no me acompañaban mucho, llevaba un short negro y una polera de tirantes blanca, encima una camisa delgada negra y zapatillas planas rojas, dentro de casa hacía la temperatura ideal, afuera de casa corría viento fresco.

— ¡Black, ven aquí!

Me quedé quieta y a los segundos escucho un ladrido a lo lejos, fruncí el ceño, y regrese mis pasos, provenía de donde venía, estaré ciega o ese perro estaba jugando conmigo, debería teñir ese cabello blanco arcoiris a ver si eso le parecía divertido. Porque sí, Black era blanco, y no era un chiste de raza sino que a los 9 me encapriché con el color, hasta el día de hoy es mi favorito y ya tengo 17 años.

Lo vi a lo lejos acostado frente a la casa de los vecinos, visualicé que alguien entraba a la casa, quizá Jung Hyun había venido y se quedo jugando un poco con Black. Sonreí, quizá deba ir a visitarlo con un presente.

Cuando llegué ya había entrado.

— Black, vamos, adentro. Es hora de cenar.

Ladró en respuesta como si me entendiera, quizá lo hacía, siempre reaccionaba a algunas palabras como paseo, salir, comer, cenar, adentro, afuera y chico malo/bueno. A veces lo trataba como persona y olvidaba que es un animal, otras me da esa sensación de que me entiende más que cualquiera, debería dejar de humanizarlo.

Le dejé la comida servida y me fui a la cocina, Jung Hyun me felicitó la última vez por las magdalenas, le llevaré algo dulce esta vez también, quizá hot cakes.

Me demoré una hora en dejar todo listo, bastante pero había dejado loza sin lavar de la mañana. Comí un poco y me quedé hasta que terminó la película que estaba viendo desde que entré a la cocina, luego preparé una bandeja y decoré todo hasta que quedó perfecto y partí a dejarlo.

Toqué el timbre y esperé, me abrió mi cálida vecina.

— Sun hee, ¿cómo estás querida?

— Muy bien, ¿usted se encuentra mejor? La última vez que hablamos me contó sobre sus dolencias.

— Eres un cielo, encuentro mucho mejor, solo era un resfriado.

— Me alegro, les traje algo dulce para alegrarles.

— Es muy amable de tu parte.

— Creo haber visto a Oppa aquí, ¿fue así o mi vista me engañó?

Se rió y asintió haciéndome pasar, contándome que había llegado hace poco y tan pronto como llegó se fue a dormir porque estaba cansado.

— ¿Oppa se estaba sobre exigiendo con el trabajo? —Me hizo una señal de silencio y señaló con la cabeza a su hijo sentado en el sofá. Ella ya había tomado la bandeja así que fui directo a abrazarlo— Oppa, ¡estás aquí!

— Yo no soy tu Oppa.

💓Gracias por leer.

Butterfly (Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora