Capítulo único

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Nota: he dejado la canción en la multimedia, por si la queréis escuchar de mientras leéis; sin embargo, no os aconsejaría ver el vídeo antes, pues podéis haceros un poco de spoiler. (Aunque nada grave si no sabéis coreano)

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La castaña emitió un ronquido quejumbroso al notar que su plácido sueño estaba siendo taladrado por ese sonido infernal que era la maldita alarma.

Trató de ignorarlo en vano los pocos segundos que pudo, mas, cuando todavía se retorcía entre las sábanas, cayó en la cuenta de que aquello que sonaba no era el despertador, sino su teléfono. Su tono de llamada.

Ugh, ¿quién le mandaría a ella ponerse una canción tan bonita? Le iba a terminar cogiendo manía...

Alargó el brazo con desgana y palpó sobre la mesita de noche, buscando el aparato, resistiéndose a incorporarse un poco en la cama, o siquiera abrir levemente los ojos.

Finalmente, dio con él, a lo que desplegó la tapa de aquel móvil viejo que tendría ya más años que ella. Cualquier día de estos, se terminaría de cascar del todo sin avisar y la dejaría tirada. Tampoco es que tuviese dinero para permitirse uno mejor.

Se lo llevó a la oreja, aún con el hastío de haber sido despertada antes de lo que tenía previsto.

¿Quién podría llamarla tan temprano?

¡Y el mismísimo veinticinco de diciembre!

Sólo ella podía tener tan mala suerte...

— ¿Sí...? —pronunció, medio dormida todavía y con la voz ronca, provocada por esa mala costumbre suya de dormir con la boca abierta.

— ¿Ochako-chan? —le habló una voz familiar al otro lado de la línea— Soy yo, Tsuyu-chan... ¿Qué estás haciendo?

— Dormir... —contestó ella, frunciendo el ceño y con unas ganas terribles de colgar y volver a lo suyo.

— Oh, ¿te he despertado? —se alarmó la joven, un tanto apenada— Lo siento... Es que, verás, quería preguntarte... Es que como Midoriya-chan y tú lo habéis dejado, me preguntaba si... ¿querrías pasar el día conmigo?

— ¿A qué hora?

La ojinegra se sorprendió ante la velocidad de respuesta de su amiga. No debía de subestimar las ganas de dormir de Uraraka.

— Oh, pues... ¿A las once te parece bien? Podemos dar un paseo, picar algo, ir a la pista de hielo y... esas cosas, ya sabes...

— Vale... —fue lo último que dijo antes de estampar la cara contra el almohadón de nuevo.

Eran las ocho y diez de la mañana cuando Ochako regresaba a sumirse en el sueño.

Al menos no pasaría el Día de Navidad sola.

❄️❄️❄️

Tres horas más tarde, una pequeña figura esperaba en el andén de la estación, envuelta en capas y más capas de ropa. Aún así, tiritaba, arrecida del frío de la capital.

La falda verde oscura le llegaba hasta los tobillos, que cubrían unas botas de esas con pelitos por dentro que tanto le gustaban, unos leotardos térmicos y unos calentadores a rayas que ella misma se había tejido. Llevaba incluso unos guantes, bufanda y gorro a juego. Hasta se había traído las orejeras.

Wish Tree [TsuChako] - BnHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora