Observaba por la ventana de mi cuarto, lo monótona que es la vida, todas las personas que vivían a mis alrededores; La mayoría eran personas ya viejas, y eso hacia que la imagen fuera más triste de ver, la Señora Rosa regaba sus flores como era costumbre a esa hora de la mañana, la niña del frente se asomaba por la ventana del piso de arriba, mientras su abuela la peinaba...Todo era exactamente igual todos los días...
Fatigada, salí de la casa y me fui caminando, a donde me llevara el viento, como solía hacer todos los días. Solo sentía la presencia de las personas a mi alrededor, como si fueran fantasmas, lo gracioso es que el fantasma realmente era yo; Cuando caminaba por la calle nunca alzaba la mirada del suelo, escondía mis manos dentro de los bolsillos de mi suéter y ocultaba mi rostro debajo de la capucha y mi largo y descuidado cabello obscuro, algunas personas me esquivaban, supongo yo por miedo a que fuera una ladrona o una psicópata...y no los culpo, yo me definiría mas como una...asesina, sonreí irónica ante ese pensamiento, levante un poco la mirada y a mi derecha se encontraba la entrada a un parque, la cual nunca había notado por mi indiferencia a la vida, decidí entrar; Era un parque muy grande a simple vista y con muchas áreas verdes y muy bien cuidadas, era realmente hermoso...La muerte a entrado en la casa de la vida pensé...
Continué adentrándome en el parque y encontré un pequeño lugar donde habían unas cuantas unas cuantas rocas y una especie de rió; me quede ahí viendo como el agua corría y chocaba de vez en cuando con la orilla o con algunas piedras. Sentada en una de esas rocas observe como a lo lejos había una familia, abrace mis rodillas apoyando mi cabeza en las mismas, intentando ignorar mi curiosidad hacia esa gente, por el bien de todos...pero la verdad no pude y voltee a verlos, se veían tan felices jugando los tres, la hija le calculaba unos cuatro o cinco años, el papa la cargaba y la madre, estaba sentada sobre la manta que colocaron en el pasto, preparando unos panes con queso, veía a la niña reír y por consecuencia sonreí melancólica...Si tan solo hubiera tenido más tiempo...Voltee la cara hacia al riachuelo y solté una lágrima, rápidamente me la seque con la manga del suéter; decidí irme de aquel lugar, lo más rápido que fuera posible. Aun era muy temprano así que opte por irme a la estación de trenes, era riesgoso pero fue lo único que se me ocurrió en ese momento.
Llego el tren, venia prácticamente vació, entre y me senté en el asiento de la esquina, lo mas alejada posible de todos, las puertas cerraron y el tren arranco, no recordaba la última vez que me había montando en uno de estos...en realidad...si, si que lo recuerdo, pero...vamos a ignorar eso. Examine mi alrededor, a diferencia del parque esto estaba muy descuidado, incluso podría decir que tenía un aspecto bastante triste, el suelo sucio, los asientos descuidados y desteñidos, las paredes manchadas y rayadas por algunos ociosos, si era realmente triste. Se paro el tren en la primera estación y entro un número considerable de personas, las cuales todas salieron corriendo a los asientos, una señora sentó a mi lado, yo hice un movimiento brusco para alejarme lo mas posible, ella solo voltio.
-¿Pasa algo niña?- pregunto con un tono algo disgustado, yo solo negué con la cabeza y voltee hacia la pared, cerraron las puertas. La señora comenzó a refunfuñar y a decir cosas de que la juventud ya no era la de antes, estoy acostumbrada a oír esas cosas vivo en una comunidad donde el 89% de los habitantes son contemporáneos con ella.
El tren paso por todas las estaciones, cada vez se iba llenando más y eso aumentaba mis nervios, en la última estación se quedo muchísimo mas tiempo parado y mi ansiedad comenzó a salir a flote, mis pies comenzaron a juguetear entre ellos por los nervios, sentía un cosquilleo en el estómago y yo solo pedía que no pasara nada malo, alguien se puso justo a mi frente y me prense; Las puertas cerraron y el tren arranco contrario a como venia, eso me dio un poco de alivio así que me recosté en el espaldar del asiento y solté todo el aire.
-eh! tienes heterocromia que impresionante- me sobresalte y por inercia lo mire, era un chico, más o menos de mi edad, sonreía, yo solo baje la cara y solté una risilla forzada- ¿dije algo malo?-exclamo con preocupación, negué con la cabeza- disculpa si lo hice, pero me impresione no todos los días vez a alguien con un iris verde y el otro azul- no dije nada solo me quede ahí cual piedra esperando a que llegara mi estación, dos paradas antes el chico se baja, lo vi salir del tren y me sentí muy mal por el y por lo que había hecho, esto pasa para recordarme la desgracia que soy, a ese pobre chico solo le queda un día más, solté una lágrima, el tren paro y baje de el.
Me fui caminando a casa y por mi cabeza solo pasaba la cara de aquel chico, tuve que mirarlo, malditos impulsos que no puedo controlar, asquerosa naturaleza humana...o tal vez...que asco yo, si yo no hubiera nacido nada estuviera pasando, mis papas estuvieran vivos...esta condena con la que vivo desde que nací...no hace mas que matar y la primera muerta soy yo...
Soy portadora de una especie de virus llamado "virus apocalipsis", fue creado por un grupo de científicos que experimento con humanos, un poco enfermizo a mi parecer, el virus estaba echo principalmente para volvernos armas mortales para las guerras y para actos de conveniencia política, ellos querían volver realidad la frase de "si las miradas mataran..." y bueno lo lograron; de la primera generación de ese virus fue mi madre, con el tiempo se dieron cuenta que los portadores no podían controlar a quien matar, así que inventaron una especie de suero que neutralizaba los efectos del virus...lo cual fue en vano ya que este fue evolucionando y evadiendo las sustancias. En ese transcurso de tiempo mi madre se enamoro de un hombre que también era objeto de prueba, no por ser portador si no porque a el no le afectaba, se descubrió que había una pequeña población que nacía biologicamente preparada para evadir los efectos mortales del virus, como era el caso de mi padre; gracias a el pudieron crear la inmunidad en forma de suero contra el virus, usando su sangre. Al final mis padres me engendraron, y fue lo peor que pudo pasar...
Ya que el virus nació naturalmente en mi, era 3 veces mas mortal, ya no era solo mi mirada la que mataba si no mi tacto, intentaron neutralizarme pero fue un triste intento en vano, ya que la inmunidad de mi padre se mezclo con el virus e hizo que fuera prácticamente indestructible...Al ver que no podían mantenerme bajo su control decidieron que lo mejor era eliminarme, y como mis padres se negaron y los demás portadores también, ellos concluyeron que había que eliminarnos a todos.
Todos huimos, no todos logramos escapar pero por lo menos una mayoría si, estuvimos escondidos unos años pero eso no duro mucho ya que ellos nos iban encontrando poco a poco y uno a uno nos iban eliminando, mis padres al verse acorralados tomaron la decisión de entregarse, ya que así dejarían de buscarme o por lo menos no tendrían como encontrarme, me dejaron con una vieja, que al poco tiempo murió, y tuve que aprender a sobrevivir...
Mis padres antes de irse me explicaron como mantenerme oculta y como no hacerle daño a otros, por eso no veo a nadie a los ojos y no permito que puedan tener algún contacto físico...no quiero lastimar mas, ni causar mas desastres...Hasta ahora no me han encontrado, pero se que me buscan...me preocupa que lo de este chico, encienda la alarma...
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Virus Apocalipsis.
RandomSiempre sentí que era la muerte en persona, nunca sentí lo que era tener amigos, que alguien te abrazara o algo tan simple como que te miren a los ojos...siempre fuimos mi sombra y yo...siempre lo fuimos...hasta que un día, esto que llevo como conde...