Camino lentamente hacia nosotros, se aflojo la corbata, se quito su chaqueta y la puso en mis brazos, se arremango las mangas de la camisa y con tranquilidad le propinó un fuerte puñetazo. El señor me soltó y en su lugar se agarró la nariz, que ahora estaba sangrando.
Se acercó a mí, agarró mi barbilla haciendo subir mi rostro y observando mi rimel corrido pregunto;
-Qué te ha pasado? Estás temblando
El señor comenzó a gritar;
-Hijo de puta, que coño te importara si me acuesto o no con esta puta?- La ira de Caleb no finalizó con aquel puñetazo. Aumento y le siguió pegando puñetazos hasta que cayó en al suelo y prosiguió con patadas. Le hiba a matar, pero a mi no me importaba, así que con los tacones en mis manos me marche por la aislada y oscura carretera.
En frente del local se había formado un coro con espectadores ante la situación, habian llamado a seguridad pero tardaban en venir.
Camine ausente, sin direccion, sin alma, mi mundo de color se volvió gris en una noche oscura. Dependía del viento
Me arrancaron uno a uno las ganas de vivir.
Quizá fueron dos o tres horas las que tardé en volver a aquel estúpido local, a lo que llamaba casa. En la entrada me esperaba Caleb, su traje blanco ahora estaba roto y manchado de rojo.
Al verme me miró fijamente y según se fue acercando pude ver su rostro de tristeza,estaba cabizbajo, agarrando su hombro con una mano. Me acerque y el guardia al verme abrió la puerta
Pase por su lado y le di la chaqueta poniéndola en su pecho, este la agarro. Ande lentamente para darle tiempo hablar pero no lo hizo.
Al cerrar la verja y alejarme le escuche gritar:
-Lo siento
Me quede quieta, plantada en medio del patio sin saber qué hacer.
-Abreme joder le dijo al guardia. Soy Caleb, abreme.
Al escuchar el nombre el guardia abrió la valla. Salió corriendo hacia mi y me abrazo.
Una hora más tarde estábamos en su piso le conté lo que había pasado y el respondió con caricias y besos.
No me lo dijo pero al dia siguiente me enteré de que habían tenido que ingresar a Nico en el hospital. Además de recibir doce puntos en la frente y una denuncia que haría que acabase en la cárcel pronto gracias a los contactos de Caleb.
Me quedé a dormir con él con una camiseta que me dejo que me llegaba bastante grande.
Dormí en su cama y él en un sofá pero cuando desperté estaba acostado a mi lado abrazándome.
Me sentía muy cómoda pero debía irme. Me escabullí y me marché a mi habitación. Me dirigí hacia mi casa, me cambie y seguido fui al despacho de Harry:
-Te acuerdas del hombre con el que te encontraste? Nose que debes de estar haciéndole pero a pagado mucho dinero. Claro que tu no vas a ver ni un penique.
-Cuanto me queda por pagar?
-Demasiado... Mira justo hablábamos de ti. Dijo mirando hacia la puerta.
-Podemos hablar a solas, Harry. Dijo Caleb desde la entrada
De qué querrá hablar? Esta noche le diré que debemos dejar de vernos, aunque después de lo que ha pasado probablemente le dirá que le devuelva el dinero y que no me quiere volver a ver.
Nos miramos pero no nos dijimos nada. Me siguió la mirada
-Tiene buen culo verdad?
-Es impor-
-Quieres un puro?
-No. Como iba diciendo. Es importante, quiero que se mude conmigo.
Se rio.- Claro y yo también no te jode y que me haga mamadas todo el dia. Si quieres pasar más tiempo con ella, paga más
-Esque no quiero pasar más tiempo con ella, quiero que se mude conmigo.
-Sabes, no está aquí por gusto. Me debe mucho dinero
-Yo pagare su deuda
-Mira entre tu y yo. Con todo lo que ha ganado, tiene la deuda más que pagada, pero sabes la de dinero que estoy ganando con ella?
-En ese caso te lo diré de otro modo. Se va a ir de aquí ahora mismo.
-Mira chico, te crees muy poderoso, pero yo se algo que haría que te odiara ella y toda la gente con la que mantienes contactos asique no juegues conmigo. Así que esta noche la ves otra vez?
-Tengo una fiesta dentro de unos días, es importante y quiero que venga.
-Ves eso me gusta más. Chupara unas cuantas pollas se acostara con treinta tíos y después irá a verte, hasta el dia de la fiesta. Un placer hacer negocios contigo.
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CLICHÉ
RandomMe enamore hasta de las letras de su nombre, de sus defectos, de su ternura disfrazada de frialdad, eso me atrapó, me enloqueció, fue mi perdición. La gente me llamaba loco, pero a ella eso no le importo. Asique fuimos locos juntos.