¿Ellas?¿¡Pareja!? ×RinKu×

🍃Parte 2.🍃

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Días antes...

—¡No! ¡Director no me puede dejar con esta idiota! ¡No la soporto!—Se quejo Rin removiéndose en su asiento tal como una niña pequeña haciendo un berrinche mientras miraba al director de la universidad.

—Ustedes pelean desde que Kagamine llego a la universidad, necesitan hablar como gente civilizada de una buena vez y no como primitivos que resuelven todo a los golpes. Cinco horas aquí encerradas y no hay mas discusiones sobre el castigo.—Demando el señor levantándose de su asiento y ambas chicas resoplaron frustradas cruzándose de brazos con notable enfado.—Hatsune tu agradece que jo te puse un castigo mas grave; agrediste físicamente a tu campanera.

—¡Pero ella comenzó!

—¡Es mentira! ¡Tu comenzaste!

—¡Ya no son niñas chiquitas, compórtense como las adultas que debe ser!— El director suspiro cansado dirigiéndose a la salida.—Nos vemos en cinco horas, mocosas.— Cerro la puerta con llave sonriendo con orgullo por su buen trabajo.

Ambas jóvenes enceradas en la oficina se quedaron en un rotundo e incomodo silencio, claramente no querían hablar, quiero decir... ¿De que hablas con la persona que mas odias?, ¿Sobre si sacaste a pasear al perro?.

Rin jugaba con sus dedos y hacia bajos sonidos con su boca, era de esas personas que se aburrían demasiado rápido y que no podían este ni un segundo en silencio, claramente ya están entrando en ese momento del día donde le aburría completamente todo.

—Callate un rato, me irritas.— La voz de Miku sonó demandante y pesada, la rubia la miro pero ella solo se encontraba mirando hacia el frente como si gracias a eso el tiempo pasaría mas rápido.

—¿Y si no quiero?¿Me vas a golpear?

—Te golpearía hasta matarte, estúpida.

—No te atreverías. —Desafío.

—Tal vez, pero solo por que no quiero estar en la cárcel y menos por matar a alguien de tan bajo nivel como tú. —Cada palabra que salia de la boca de la mayor era como un balde de agua fría para Rin, aunque ella nunca lo admitiría.—Ahora, dime, ¿Por que me hiciste Bullying?, ¿Acaso tengo razones para que alguien me haga Bullying? Por favor, yo no soy como tú; una idiota que usaba gafas horribles y frenillo.

—Te lo mereces por hacerme sentir tan mierda por mucho tiempo.—Respondió Rin entre dientes, estaba poniendo toda su voluntad para no lanzarse a golpear a su contrario en ese mismo momento.—Es justo, en esta vida hay que pagar con la misma moneda, si no, no pagues.

—¿Hacerte sentir tan mierda? Por dios, Rin. Ni siquiera era yo la que te hacia Bullying, eran las taradas de mis amigas que por tu puta culpa y cobardía las expulsaron a todos menos a mi, por algo sera, ¿No crees?

—Eras parte del grupo, tu misma fuiste la que grabo todo mientras que ellas me metían la cabeza al sanitario y te encargaste de mandárselo a toda la universidad.—Rin bajo la cabeza sintiéndose débil, odiaba sentirse de aquella forma y lo odiaba mas si le pasaba al frente de Hatsune.—Tu eras la que se la pasaba insultándome todos los malditos días, tu fuiste la que me encerró en l sala del conserje por cuatro horas, tu fuiste quien rompió mi proyecto de ciencias... Me hiciste pasar por tantas mierdas... Pero... —Soltó una risa completamente amarga.—¿Sabes que era lo peor de todo?

—¿Que cosa?

—Lo peor de toda la mierda que me hiciste pasar... Es que Rompiste mi corazón en mil pedazos, ¿Sabes? No es nada agradable que la persona que te guste te haga Bullying.—Soltó de una vez Rin, sintiendo un peso menos encima al declararlo, había guardado ese sentimiento de mierda por tanto tiempo que sentía que ya iba a explotar.

—¿Q-Que?—La de pelo turquesa quedo totalmente desconcertada y abrió los ojos de forma impresionante, no podía ser posible lo dicho por la rubia.

—Lo que escuchaste.—Rin miro con los ojos cristalinos a su contrario.—Estoy enamorada de ti como idiota desde hace tres putos años, que por desgracia me fui a fijar en una persona tan... Tan.. No se...

—Kagamine...

—No quiero que contestes a eso, Hatsune, no estoy para que ahora me molestes.—La menor se cruzo de brazos desviando la mirada hacia el lado contrario donde se encontraba sentada Miku. En un abrir y cerrar de ojos sinria como era levantada de su lugar sin ni un toque de delicadeza por la cintura y era sentada fuertemente encima del escritorio con Miku entre sus piernas.—¿Q-Que haces? Te dije que no quiero escuchar que me molestes,¿Me golpeadas ahora?

—Silencio, bebe.—A Rin se le corto la respiración por unos segundos al sentir loa labios contrarios sobre los suyos, besándolos de una manera desenfrenada con movimientos expertos de parte de la mayor, la rubia poco a poco fue correspondiendo al beso y saliendo de su shock.

Rin pudo abrir su boca dando paso a la lengua contraria pero al momento que eso paso se separó empujando a la mayor y llevando una de sus manos a un costado de sus labios.

—Duele, duele... Maldición. —Se quejo la rubia en voz baja y comenzó a salir un poco de sangre de su herida.—Tarada, recuerda que hace un rato me golpeaste.

—Mierda... Es verdad que hace un rato estaba golpeándote y odiándote...—Soltó una pequeña risa.—Y ahora estoy besándote y queriéndote.

—¿A-Ah?

—La que escuchas, Kagamine, me gustas. Lo jodido no fue eso, lo jodido fue que mis amigas eran completamente homofóbicas y cuando les conté me obligaron a hacer cosas horribles.—Comenzó a explicar Miku dejando a Rin completamente sorprendida y desconcertada.—A hacerte cosas horribles. Ahí tiene la explicación, ahora... Perdonadme por haberte hecho pasar por tanta mierda.—Su tono de voz demostraba arrepentimiento.

—Te perdonaré si dejas de actuar como idiota y aceptas ser mi novia.

Miku sonrió ampliamente nuevamente al rostro de la rubia dejando un casto beso en loa labio contrarios, con intención de no lastimar las la herida.

—Por supuesto que quiero ser tu novia.

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¡Ah! Este es el final.
Tan solo falta el EXTRA.
Espero que les haya gustado.
Dejen su votito y comenten, amores.