Capítulo 3: Cambios

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Como lo espere, semejante risa suponía que algo no anda bien

-Nos vamos, por fín aceptaron nuestra solicitud de transferencia fuera del país, nos enviaron a la sucursal de chicago- dijo mi madre muy emocionada

Por otro lado mi señor padre quien parecía un poco menos emocionado dijo:
¡así es, nos vamos!

Tendría que empacar mis maletas y dejar la poca vida que había construido aquí, tendría que irme dejando los pocos amigos que en 17 años había hecho (2 amigos para ser exacto) no estaba preparado para todo lo que estaba ocurriendo, no quería irme de mi ciudad, mucho menos del país donde crecí, ellos ni siquiera preguntaron por como me sentiría con tan repentino cambio, pero nunca preguntaban por mi, nunca dieron señal de que  su único hijo le importará.

Mi respiración se aceleraba y mis puños se fueron endureciendo poco a poco, solo de pensar que me iría me enfureció, sin embargo no podía dejar que ellos notarán como la ira crecía, o seria mucho peor, por lo que subí las escaleras hasta mi cuarto de la mejor manera posible.

En ese punto solo intentaba buscar una solución.

Luna fría Donde viven las historias. Descúbrelo ahora