Cuando no estás junto a mí todo lo demás se vuelve secundario, es como si dentro de mi algo me matará lentamente sin hacer mayor escandalo ni ruido, te vigilo desde mi ventana, pendiente de ti, no importando el día ni la hora, sí es de noche o sí es de día Pasando inadvertido frente a tus ojos de color miel, o despidiendome del sol En un bonito, pero oscuro atardecer.
Escucho tus pasos, que entre el sigilo
Se van colando en alma mía que tus pasos van dejando paso en mi alma herida que se van quebrantando al borde de lo que sentía.
No sé sí ya estoy sordo, pero ya no escucho tus "Te amo" sé que el amor como el agua se corre entre mis manos
Y el aire se lo lleva como el polvo.
Aunque ha habido ciertas normas que nosotros no respetamos, Aunque nuestras voces en el sigilo de lo incierto se perderán, tú seguiras siendo la voz, que me despierte, aunque en el sigilo no nos volvamos a escuchar más.
