Caza Recompensas;; KookMin #BroNoHomo

Capitulo Único.

 

 

   El olor a miedo que suelta sin cesar el sujeto arrodillado a los pies de Jungkook lo descompone, sus gritos le hierven la sangre y su poca paciencia se evapora, aquel hombre cuyas rodillas ya están sangrando por el tiempo que lleva sobre el asfalto tiembla como una hoja de papel frente a las ráfagas de otoño. Pero obviamente Jungkook no le tendrá piedad, en el extenso expediente que recibió de su jefe se encuentran los cientos de delitos menores y mayores que aquel Beta ha cometido en sus cortos treinta años, desde robos a mano armada, secuestro seguido de muerte hasta violaciones y tráfico de armas. Todas esas son razones para dejar de lado la misericordia, y además la paga por la cabeza del sujeto es alta, una de las más jugosas de toda su 'carrera'.

  El beta no para de gritar que puede pagarle más de lo que le han ofrecido primeramente, que tiene familia, que no dirá nada, etc, aunque el Alfa Jungkook sea un hombre con códigos, el trabajo es trabajo así que desenfunda su pistola M1911, esa que su bisabuelo llevó a la guerra contra los del norte y que luego heredó de su padre, la sostiene con gusto entre los dedos de su mano derecha jugando con el peso y deleitandose con la fría textura que esta posee.

  Cuando comenzo con este trabajo las manos le temblaban, el pulso le fallaba y le sudaba todo el cuerpo, pero luego de tres años en ello ya ni siquiera parpadea.

—Fuiste un hombre muy malo, aún siendo un insignificante beta, arruinarte muchas vidas, por eso no te mereces mi misericordia...— la voz del alfa sale con furia casi transformándose en su voz de mando, no se cree un justiciero sin embargo el saber que está librando al mundo de una escoria le llena el pecho de orgullo.

  El sonido del disparo suena discreto a causa del silenciador y el cuerpo inerte del beta cae sobre sus pies, se aparta bruscamente y con asco, para poder cobrar su pago debe tomarle una fotografía y mandarla a su jefe, hace lo planeado y procede a retirarse de allí.

  Ya casi puede oler y acariciar aquellos adorados rectángulos de papel verde por los cuales se mancha las manos cada vez más.

  

(...)

—Buen trabajo Jeon, bien merecido los tienes.— El alfa de mayor edad desliza sobre la mesa una bolsa llena de dólares. Aquel es su jefe, Kim Namjoon, un maldito rencoroso que no soporta las negligencias de la justicia por lo cuál comenzó el solo con este negocio pero al ver que lo superaba contrató a varios sujetos como él para hacer el trabajo sucio.

—Para la próxima dame a un Alfa que sepa pelear o algún Omega que se crea valiente...— Gruñe JungKook con un poco de cansancio, si debe hacer esto por mucho más tiempo por lo menos desea divertirse.— Los betas son como matar cucarachas con insecticida en lata.—

  Namjoon carcajea sutilmente, aparentemente el próximo tampoco cumplirá con los requisitos que el joven exige. Éste hombre de avanzada edad, pero no la suficiente para olvidar los primeros años de su vida, ha cargado con una mochila de dolor desde que era un adolescente. A la edad de dieciséis su madre fue asesinada por un sujeto cuando regresaba de su tercer trabajo en el día, la inútil policia solo logró recolectar datos al azar que poco ayudaron a la investigación para así dos años después quedar en la nada, con el delincuente impune. Namjoon guiándose por una de las pistas recolectadas descubrió que aquel criminal operaba siempre en la misma zona, se cruzó con él en una de sus adredes salidas nocturnas y lo identificó como Park Chanyeol, pasaron los años y jamás tuvo el valor para buscarlo y cobrar justicia hasta que se enteró que había sido encarcelado por violación a una mujer, pensó que ya podría estar en paz sin embargo esa sensación no duró mucho cuando a los pocos años de su larga condena se escapó de la prisión, nuevamente por culpa de la estúpida policía.