Una tarde común de trabajo en la oficina revisando archivos viejos, y carpetas olvidadas encontré una foto de alguien a la cual no la he visto hace muchos años, no me despegué de la imagen, era como si mi mundo se hubiera congelado en recuerdos, me detuve a mirar sus ojos y sentía que me miraba, recordé su sonrisa, su guiño y su forma de jugar con su cabello, las largas charlas en las noches sin sueño, los chistes malos, y su enojo por nada. Retrocedí el tiempo en esa y otras fotos, recordé sus palabras, sus besos, sus caricias, sus bofetadas, su torcida de boca y su silencio, silencio que rompía haciéndola cosquillas en su cintura, "fue una extraña relación", nunca aceptamos que estábamos enamorados uno del otro, frente a frente nunca le dije te quiero, y fue porque nunca lo escuche de ella, a pesar que nos encontrábamos a escondidas muchos amigos llegaron a vernos, y a pesar que siempre lo negábamos, me decían que ella no es para mí, que su liberal forma de vivir tarde o temprano me causarían algún problema, decían qué sus faldas eran muy cortas, que sus escotes eran muy largos, que sus labios eran muy rojos, que sus ojos muy negros, que su risa era vulgar, que se juntaba con malas personas y consumía alcohol en exceso; pero todo eso ya lo sabía y nada que digan de ella me extrañaba, sin embargo lo que los demás no sabían de "esa señorita" que internamente, bajo esa poderosa y temeraria coraza estaba una niña con cierto grado de ternura e inocencia, que solo yo la conocía, que muchas veces se recostó en mi pecho a llorar, y que quizás tenía tantas penas en el alma que abiertamente no podía expresar, encontré paz a su costado.
Ella y yo no necesitábamos palabras para comprendernos.
No entiendo por qué traté de olvidarla, si viví hermosos momentos a su lado, atreviéndome a decir que talvez fue el desenfado de mi vida, báñanos bajo la lluvia jugando como niños, nos mirábamos los ojos por ratos retándonos a quien baja primero la mirada, agarrándolo a pelliscasos al quien perdia, a veces era ella, mayor mente era yo... nos metimos en una pelea de pareja y salimos golpeados, fingimos ser esposos en una charla de padres, nos colamos a libar en un matrimonio sin ser invitados, y robamos un perro lanudo como vulgares ladrones.
Una noche de caminada nocturna bajo una leve garua nos refugiamos a escondidas de la gente en una casa vacía e hicimos el amor con desenfreno, "besos furtivos", nunca le dije ni me dijo te quiero,
Cuando escribía un poema nuevo antes de pasarlo a limpio ella la leía y me preguntaba para quien era y le contestaba diciendo que "No es para ti", yo bajaba la mirada al instante y después de un largo silencio volvíamos a hablar.
Un cierto día escurriéndome como un roedor en su habitación encontré mis manuscritos pegados en su pared, ella al ver mi rostro de sorpresa me dijo "No son para mí, pero son tuyos"
Cuando me encontró conversando con una amiga note en sus ojos marrones un gran enojo, de la forma como la miraba hizo que se intimidara la cual haciendo un gesto extraño me despidió diciéndome "tu enamorada está molesta", no dejó que la contestara y se fue.
Ella después de casi una hora me pregunto que quien era aquella individua, con la que me habían visto y por eso vino a verme, supuse que estaba celosa.
Pudiendo ser comparado con lo que yo sentía cada vez que la vía salir de su casa con alguien, quizás fuimos dos celosos reprimidos por no encontrar argumentos para reclamarnos algo porque nunca nos dijimos "te quiero".
Dos mundos totalmente diferentes la luz y la sombra, el sol y la luna.
Cuando supe que se iría no quise despedirla, impávidos solo la mire y me miro, después de ese día solo cruzamos un mensaje y trate de olvidarla.
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NO LA OLVIDE
Short Storynarra la cortamente la historia de un amor no declarado, pero con mucho sentimiento y mucha ausencia después de su partida...