Parte única

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Estaba aburrido, sin saber qué hacer mientras mantenía mi cuerpo echado en la cama, mirando hacia el techo. El calor no ayudaba, bajaba mis pocas ganas de hacer algo productivo. Ni las cuatro redes sociales habían cesado mi estado, por lo que bloquee mi celular y lo dejé en cualquier parte de la cama. Cerré los ojos, esperando dormirme y despertar con una mejor idea, cosa que no parecía que podía lograr, ya estaba descansado. Nunca recordaba lo aburridas que eran mis vacaciones hasta que estaba en ellas, pero en cierto modo lo prefería antes que el cansancio. Mi viaje no era hasta dentro de una semana y media, ¿debería planear alguna salida con mis amigos esta noche? Sí, debería. Hace días que no sago para divertirme, mi cuerpo ya pide un poco de emoción.

Siento la vibración de mi celular y la canción que reproducía éste me obligó a abrir los ojos. Busco el aparato con la mano y cuando lo encuentro a mi costado, miro el número que marcaba en pantalla. Lo primero que observo son las últimas cifras, ya que al ser un número que no estaba agendado, debía ver si al menos lo reconocía. <<Putos>> digo mentalmente al adivinar de quienes se trataba y atendí.

-Hola, soy Harry, de la compañía de...

Dejé de prestar atención a lo que decía cuando escuché la voz del joven tras la línea. Es algo grave y armoniosa, y no parecía pertenecerle a alguien de más de treinta años.

Me río conmigo mismo al verme envuelto en ciertos pensamientos. Casi me erizaba la piel escuchar aquella voz en mi oído y de imaginarme teniéndolo así de cerca en verdad. Yo solo asentía con un "hnm" a las preguntas que hacía Harry, insitándole a seguir. ¿Era mi imaginación o aquella llamada más que molestia me causaba un cierto deseo de seguir en ella? Nunca había pensado en hacer ese tipo de cosas, pero nadie más se enteraría. Y era hora de devolversela a esa compañía molesta que llamaba casi todos los días. Y pensar que estuvo a punto de no atender. Lo haría por malicia y por deseo.

Llevé una mano hacia debajo de mis shorts, el elástico de éstos me permitieron un fácil acceso a mi entrepierna, la cual empecé a frotar. Mientras tanto mis palabras se mostraban interesadas en las ofertas que el chico proponía. Sabía que la respiración dificultosa, exagerada, y los pequeños gemidos se podían empezar a escuchar. El chico para de hablar en seco cuando pareció notarlo. Seguí con lo mío, bajando el ritmo del vaivén, ¿por qué aún no cortaba? Podía escuchar la respiración del muchacho detrás de la línea, por lo que seguía ahí. Estaba bastante excitado como para pensar en frío o darle mucha importancia a la situación.

-Así que te gusta mi voz -escuchó que decía de forma que yo llamaría seductura.

Hubiera chillado de emoción si no fuese porque él me escucharía.

-Me encanta -digo en forma de jadeo.

Después de terminar, cuando estoy a punto de cortar, escucho su propuesta.

-Podriamos arreglar para vernos, esta noche estoy libre  -Su voz sonó un poco más ronca.

-Pásame tu número entonces -Decido aceptar, pero sé que no voy a hablarle.

Aquél chico es un extraño de voz encantadora, pero un extraño al fin y al cabo. Agendé su número con la misma mano con la que sostenía mi celular.

Después de cortar, fui al baño a ducharme y después de eso salgo a la cocina con el celular en mano. Me siento en la silla y debloqueo el debloqueo. Por curiosidad reviso si aquel muchacho con el que hablé tenía whatsapp, y si tenía, y para mi suerte aparecía su foto. Apreto el icono para poder ver cómo era de apariencia, y después de esperar un segundo a que cargara la imagen, ésta se volvió clara. Es hermoso. No podía ser cierto. Aquél chico de voz sensual tenía un gran atractivo, ¿sería falso? ¿Tendría algún tipo de patología? No lo averiguaría, aunque me parecía interesante.

Estaba esperando la confirmación de la invitación que hice. Quería salir, y estaba seguro de que ese amigo me diría que sí, siempre tiene tiempo para mí. Pero el mensaje lo envíe hace dos horas, y aún sigo sin respuesta. Miro la madera de la mesa como si fuera de lo más interesante, mientras pienso sobre lo que había pasado con el "chico de la voz sensual".  En eso que observo sin pestañear el objeto, sumido en pensamientos, mi celular vibra en mi mano. La pantalla del celular dejó ver el mensaje, el de mi amigo diciendo que tenía un casamiento al que asistir. ¡Todos tenían algo que hacer este día! Pero cuando yo estoy ocupado, ellos están libres.

Reconcidero la propuesta de Harry, ¡y a la mierda! Si es un puto loco le bajo los lindos dientes que se le ven en la foto. Aunque primero debía ver si era el de la foto o no.

Lo cité en el parque, bastante lejos para ir a pie, más siendo que estaba por obscurecer. Bajo del taxi después de pagar. Probablemente esto es lo más descabellado que hice. ¿Y si me quería denunciar por lo que hice y esto era solo una trampa? Camino hacia el centro de la plaza a sentarme en un banquito. No, no. No lo voy a esperar, si me asesinan o algo, será mi culpa. Tomo mi celular, -en lo que giro para volver-, del bolsillo para buscar el número del taxista. En el momento en que me doy la vuelta, alzo la mirada de la pantalla y lo veo. Frente a mí, a unos cuantos pasos, con sus rizos, caminando. El mismo chico de la foto. Ambos nos reconocimos y nos sorprendimos un poco. Ya estábamos frente al otro. No podíamos ignorarnos. Por lo que nos saludamos y presentamos formalmente.

No preguntes.

No preguntes.

No preguntes.

- ¿Esto es una especie de encuentro sexual? -pregunté.

- ...¿Si? No. No. ¿Si? No lo sé. Estaba a punto de irme, esto... no lo suelo hacer. No pensé que llegaría tan lejos.

-Yo igual, debería pedirte disculpas por lo de hoy...

Ambos miramos hacia un costado, notablemente incómodos. Luego los dos fijamos la vista hacia un lugar. Una heladería. Ningún lugar más seguro y feliz que ese.

Harry empezó a contar cosas que le pasaban cuando hablaba con clientes, y eso que hice yo fue de las más raras. Yo respondí con cara de vergüenza y disculpa.

-Para ser alguien que me llama la atención de un modo extravagante, pareces normal -dijo Harry riendo.

-Para ser alguien que le gusta ese tipo de cosas... no pareces un fetichista raro, ¿maniático?

-¿Gracias?

-De nada -respondí con una sonrisa.

La conversación fluyó. No nos fuimos a la cama, pero sí prometimos volver a vernos.

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