Siempre he sabido que tus besos matan, que ibas ser experto en arrebatarle latidos a mi corazón, pero ganaré la guerra para conquistarte.
Nunca fuiste fácil de olvidar ¿sabes? Nunca me juraste que saldría ilesa de este dolor, porque mientras me hacían daño, yo seguía ahí, luchando por ti. No vengas a pedirme perdón, porque no me arrepiento de lo que pasó, jamás lo haré.
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Caminaba junto con Mark por el paso de cebra sin mirar a los lados, al final de cuentas, rara vez pasaba un vehículo por estos lugares.
Mark estaba muy contento por su calificación en Matemáticas, me contaba que suponía que la maestra lo encontraba tan bueno, que no se pudo resistir y le dio el 10. Él cree que la maestra Natalia tira chance, y sólo por eso tiene promedio 10 en su asignatura. De un momento a otro para en seco mientras yo sigo. Siento cómo el vehículo intenta frenar, fue ahí donde siento el impacto y caigo sin hacerme mucho daño, raspándome las rodillas.
--¡Phoebe!—Grita mi amigo desesperado corriendo hacia a mí.
Asustada y enfadada miro al culpable de mis raspadas para enfrentarlo. Cuando giro el cuello no lo veo sentado, sólo siento unas manos en mi cintura y una voz masculina preguntándome si me hice mucho daño, si debería llamar alguna ambulancia o algo, se nota su temblor y preocupación en la voz.
Con el corazón a mil, me suelto bruscamente de sus fuertes brazos para quitarlos de mi cintura, y pegarle una bofetada. Me giro y levanto mi mano para que sienta el poder de mi enfado, pero al momento de intentar pegarle se me escapa un suspiro al ver su cara de preocupación, tiene unas lindas facciones.
--¿Qué te pasa imbécil? ¿Por qué no miras por dónde vas, idiota?—digo alzando demasiado la voz para mi gusto.
--¿Qué? ¡Tú fuiste la que cruzó en rojo!—Dice devolviéndome mi grito.
Mark viene directamente hacia mí con los ojos rojos, cuando se acerca puedo ver una capa vidriosa en sus ojos que me conmueve. Cuando ve al culpable del impacto, va y lo empuja mientras el tipo de pelo azabache y ojos azules eléctricos cae al suelo bruscamente. Después de sentir el impacto contra el suelo, mira a Mark con una mirada asesina. Aquí va haber pleito y no quiero verlo.
--¿Es...estás bien?— dice Mark. Me abraza como si estuviera a punto de haberme perdido. Yo le respondo con un asentimiento de cabeza y lo tomo del brazo para salir de la pequeña acumulación de personas que había alrededor.
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Besos en guerra.
Teen FictionPhoebe camina muy alegremente con Mark por las calles de Washington. Cuando van cruzando por el paso cebra, Phoebe cree que nunca más verá al chico que la chocó. Pero eso sólo lo decidirá el destino. NO SE PERMITE EL COPYRIGHT DE ESTA HISTORIA.