Shiba Miyuki contempló inquisitiva a la mujer que le devolvía la mirada desde el espejo, un oscuro rubor tiñendo sus mejillas, mientras analizaba su cuerpo de elegantes proporciones apenas cubierto por un fino conjunto de lencería blanco. Su figura había cambiado a lo largo de sus años en la Primera Preparatoria, sus curvas marcándose en los lugares correctos, de manera que para su último año su belleza y encanto femenino no tenían rival, cada fracción de su simétrica y perfecta apariencia resultaba tan hermosa como inhumana, ahora lo sabía. Ella fue hecha para él.
El pensamiento lleno de calidez el pecho de Miyuki, que llevaba una mano sobre su acelerado corazón e intentaba contener sus desenfrenado latidos, una felicidad desbordante la consumía mientras se repetía embelesada que ella había nacido para él , que cada parte de su cuerpo se construyó para ser la indicada para él, que ella la pertenecía desde antes de la concepción y que su vida no era más de ella, sino que siempre le perteneció a él, su Onii-sama, a Tatsuya-sama, su hermano y prometido, su mundo entero.
Inhalo y exhalo a consciencia, buscando tranquilizarse y conseguir el valor necesario para completar su misión. Decidida tomó la fina bata azul y la deslizó sobre su cuerpo, la tela ligeramente transparente se aferro a cada una de sus curvas, mostrando más de lo que tapaba y envolviendo a Miyuki con un velo sensual y erótico.
Salió de su cuarto con dirección a la cocina, previamente le había ordenado a Minami que después de la cena se dirigiera a su habitación y no saliera de ella hasta que fuera la hora de despertar, preparó un café para su hermano y otro para ella misma, caminando con ambas tazas hasta ubicarse frente a la puerta de su prometido. El nerviosismo la embargo y repentinamente tímida pensó en regresar, temía que su hermano aún fuera incapaz de verla como una mujer y encontrará desagradable su petición, pero sobreponiéndose a sus miedos la hermosa joven se anunció con una voz suave que fluyó como la miel.
“Tatsuya-sama es Miyuki, ¿Puedo pasar?”
Dentro de su habitación, como la mayoría de las noches, se encontraba un joven de rasgos no muy llamativos repasando información que se desplazaba a velocidades vertiginosas en la pantalla de su computador, había visto a su hermana acercarse a su puerta como todos los días , por lo que nada más la joven pidió permiso para entrar, se encontró con su hermano y prometido dándole el paso a su recamara.
Para Tatsuya no era ninguna sorpresa la visita nocturna de su futura esposa, de hecho en el caso de que está no se presentará el hubiera ido a buscarla extrañado por su ausencia, pues cada que el sol caía la hermosa joven se presentaría frente a él con un café y una sonrisa deslumbrante. Fue por eso que en un principio el moreno no reparó en la vestimenta de su hermana y al hacerlo agradeció internamente ser incapaz de verse cegado por los impulsos más primitivos, porque ni los últimos cinco años de convivencia con su linda azabache lo prepararon para la mujer que ahora se erguía enfrente de él.
Anonadado reprimió sus instintos básicos alejando el rubor que lo amenazaba y manteniendo una imperturbable calma mientras guiaba a su hermana a la pequeña mesita y sofá que había dispuesto en su cuarto para mayor comodidad de lo belleza que cada noche le acompañaba. Tomando aliento de forma suave tomo asiento a un lado de su invitada, dejando una distancia prudente entre sus cuerpos.
Con eso, los dos degustaban sus cafés, el que sostenía Miyuki tenía leche mezclado en él, mientras el que le era ofrecido a Tatsuya era negro, como siempre el café preparado por su hermana era el que se ajustaba más a los gustos del moreno, el mayor tenía la sospecha de que encontraba el café de la azabache delicioso porque era ella quien lo preparaba, pero alejando eso de su mente dejó que eso pensamientos tomarán forma en otro momento.
Ninguno trató de entabló una conversación forzada. Ninguno estaba molesto por la presencia de la otra persona a su lado. Simplemente disfrutaban de la compañía y del poder tenerse el uno al otro.
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Solo por hoy, mañana y siempre
RomanceLos sentimientos que Miyuki albergaba hacia su hermano se habían alejado de ser fraternales y ella lo comprendía, asustada imaginaba un futuro donde sería forzada a contraer matrimonio con un hombre al que no amara, alguien diferente a su cálido y g...