Solitario, indomable, así me gustaba vivir... No imaginaba mi vida atado de nuevo a una persona, creo y sigo con la ferviente idea de pensar que si ya una mujer me falló, otra lo hará de nuevo, solo con la responsabilidad de mantener el bufete de abogados que habíamos heredado de mi padre, no era la gran cosa pero cuando me comprometía con un caso siempre ganaba, un edificio en el centro de Valle de la Pascua con cuarenta oficinas repartidas, en cada una de las diez plantas varios despachos y una que otras oficinas alquiladas para bienes raíces y contadores públicos... En la última planta estaba mi hogar, un apartamento donde se podía ver toda la ciudad y allí también estaba mi oficina, allí podía desestresarme y desconectarme del mundo si me lo proponía, compartir mi vida con mi pequeña aventurera era lo mejor que me pasaba en la vida.
Mi hermano decidió irse del país y dejarme a cargo de todo, no es para menos él no es de estar encerrado en una oficina, decidió ir a cumplir su deseo de graduarse en neurocirugía una de las mejores ramas de la medicina, con mis deseos de recogerlo al aeropuerto salgo en busca de Ruben mi socio y mejor amigo...
—Buenas tardes, Ruben, prepara el carro que vamos a recoger a Gonzalo al aeropuerto—
— En un momento te recojo en la puerta del edificio, lo estaba lavando y pasé a almorzar a casa de mamá—
Bajé en el acensor y al cabo de diez minutos llegó, Ruben casi nunca se hacía esperar a excepciones de los días que amanecía con mamitis extrema
—Buenas tardes, Ruben— lo saludé a la vez que me sentaba en el asiento del copiloto... ¿Como está la Sra Aleyda? Pregunté por su madre como de costumbre.
—Mamá, un poco enferma de , ya que recojamos a Gonzalo, me pregunto si él podrá hacerle un chequeo—
— Claro, dejesmosle descansar hoy, mañana podrá hacerlo, recuerda que tenemos que preparar mi fiesta de cumpleaños y hacer la presentación del médico de la familia—
— ¿Nervioso? —
— No soy hombre de ponerme nervioso o si?— Sonreí... No es para menos, la felicidad no me cabía en el pecho, tres años sin ver físicamente a mi hermano, en estos momentos estaba pensando en como actuar, si abrazarlo o golpearlo por dejarme con tanta responsabilidad... —Era un hecho— primero lo abrazaría para felicitarlo, luego lo golpearía.. Volví a sonreír
— Bueno es raro que algo te ponga nervioso, conociéndote como te conozco... Dejame decirte que tú no cumples años todos los días y tampoco das una fiesta de esa gran magnitud—
— Lo sé, se que casi nunca me atrevo a botar la casa por la ventana, tres años sin fiestas, alejado de la sociedad, mis compromisos sociales son a través de ti, pero llegó la hora de hacer esa gran fiesta, quedar bien ante mis clientes y darles mi cara por primera vez... — Presentaré la nueva asociación y con ello al médico de la familia—¿No crees que la situación lo amerite?
— Claro, es un acto importante — de eso no hay duda
Llegamos al aeropuerto y allí estaba Gonzalo, recostado del jet... No pude evitarlo, mis lágrimas echaron a correr y terminamos abrazandonos... Más tarde se nos unió Ruben
—¿ No creen que esto amerita unos tragos? Preguntó Ruben
— ¿No sé si quieras ir a descansar, Gonzalo?— ¿Qué opinas?
—Por mi, hasta diez botellas de vino puedo ingerir — los tres echamos a reír
Llegamos al hotel San Marcos y nos dirigimos a la tasca, para mi asombro apareció ante mi una hermosa mesera de cabello castaño oscuro y piel morena con hermosas curvas y con una sonrisa despampanante
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Por Culpa de Eva!!
RomanceLa vida da muchas vueltas y en un hospital también se puede encontrar el amor