Thousand Years | Namjin ー O.S

「U N I C O」

Ya conoces la historia de los reyes Park Jimin y Min Yoongi, sus nueve hijas, sus amigos y todo lo que han pasado para mantenerse vivos.

Pero existe una parte de la historia que cuenta que fue lo que pasó antes de todas esas crónicas que tuvieron.

¿Quién fue Kim Seokjin?

¿Cómo conoció a Namjoon?

¿Cómo falleció Jeonghan?

¿Quién fue el marqués Kim?

¿Por qué Chanyeol le decía salvaje?

Los reyes Min habían anunciado el nacimiento de el hijo de los marqueses Kim, el futuro heredero del trono, pues ellos no tenían ningún hijo. Al nacer aquel niño todo el reino celebró su llegada, pues sería el siguiente rey. Pero lamentablemente al dar a luz, su madre había fallecido.

Tras su crecimiento, se crió bajo las reglas del palacio, siendo educado para enorgullecer al reino y sobretodo a su padre. El marqués era uno de los más educados del reino, reconocido por todos y alagado por los habitantes del lugar, su hijo no debía ser la excepción.

Fue duro, aún así estuviera acostumbrado a esa vida de la realeza, no soportaba las lecciones diarias de protocolo y etiqueta, estaba al punto en que ya no le importaba nada, siempre veía a aquellos niños aldeanos jugando sin preocuparse por ser un futuro rey.

No fue hasta aquel día en que vio la ira del marqués Kim hasta los cielos.

"¿Por qué debo ser rey? Yo no quiero ser parte de esto ¡Estoy cansado padre! Quiero ser libre de todo esto y ser como esos niños de allá afuera.

El marqués Kim siendo consumido por la furia, tomó una estaca y la apuntó al corazón de su propio hijo.

Pues aquí está tu libertad.

Aterrado empezó a correr por todo el castillo, al pasar por la escalera supo que estaba cerca de la salida, tomó su capa y cruzó las grandes puertas del palacio. Su padre se posó en una de las puertas viendo a su hijo con rabia, con su mirar le pidió volver al palacio. A aquella vida llena de condiciones y entrenamiento.

Seokjin siguió corriendo hacia adelante y el marqués le cerró la puerta.

Kim, sin ningún tipo de remordimiento por lo que había hecho, le prendió fuego al gran cuadro que habían hecho de su hijo, confirmando que ya no pertenecía a esa prestigiosa familia de reyes.

Y mucho menos le importaba el trono, pues tal parecía que la reina ya tendría un heredero pronto.

Por parte de Seokjin, parecía que el mundo estaba en contra de él, la noche helada no le estaba haciendo de ayuda, no había nadie que quisiera acogerlo en su hogar.

En su rumbo pudo ver a lo lejos una gran casa, se veía a una gran familia comer en la mesa de una manera desordenada en donde todos se peleaban por el último trozo de carne cruda, empezó a acercarse asustado para ver más cerca y su teoría pudo ser confirmada al ver tal acontecimiento, una de las niñas se bajó de su silla y por lo que pudo suponer había salido afuera, alejándose lo más que pudo para evitar ser descubierto por aquella niña se ocultó, sus planes se vieron frustrados al ver que había sido visto. Sin más opción salió y se dejó ver.

—¿Qué haces aquí?— Seokjin estaba más que todo preocupado y asustado, tenía miedo que esa familia de salvajes se lo quisieran comer vivo.

—Yo... no tengo a donde ir.

La niña compadecida por el chico pelinegro oculto fuera de su casa le extendió su mano y éste la tomó agradecido. —Soy Wendy— sonrió y vio a los lados oyendo unos caballos galopando, lo jaló con fuerza para esconderse de nuevo.