𝟡 dos piezas que encajan

973 153 10
                                    

Subimos nuestras maletas a los asientos traseros, entregamos la llave de nuestra habitación.

Pones en marcha el auto, sigues un camino pero no es a la casa de Julieta y Robert.

Te estacionas en la cima de una montaña donde se puede apreciar toda la ciudad, el atardecer frente a nosotros es hermoso.

Sales del auto y no puedo hacer otra cosa que seguirte.

No sabía que me traerías aquí, quiero agradecerte pero escucho tus primeros sollozos.

Giras con tu cara llena de lágrimas, por primera vez me demuestras lo mucho que te duele que ocultemos esto, lo que tenemos.

Me pides perdón por no poder tener una relación normal, por no poder tomarnos de la mano en la calle, por no poder decirle a tu papá que me amas.

He escuchado esto tantas veces e igual a la primera vez mantengo la esperanza de que tus promesas se hagan realidad y podamos disfrutar nuestro amor.

Te aferras a mi en un abrazo, yo estoy aquí ofreciéndote mi hombro. Dejaré que te liberes.

-Ari, podrías confesarle a tu padre lo nuestro -hablo, tratando de convencerte como muchas otras veces.

-Juro que lo intentaré Cuauhtémoc -me estrechas más en tus brazos.

Me limito a disfrutar del abrazo.

Jamás te lo he mencionado pero amo como mi rostro encaja tan bien en tu cuello.

Jamás te lo he mencionado pero amo como mi rostro encaja tan bien en tu cuello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
imagine; aristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora