2

20 0 0
                                    

- Tú, el mar y el cielo 
Y quién me trajo a ti-

-La playa,
La Oreja De Van Gogh-

Hay cosas que no decides cuando naces como tu nombre, tu físico o el simple hecho de haber nacido. Esas son solo algunas y a mi parecer no son muy importantes.

De niña solía tener fracturas por realizar actividades bastante simples, mis brazos y piernas se hinchaban todo el tiempo y fue así que a los diez años me detectaron cáncer en los huesos.

Solía pasar gran parte del tiempo en el hospital, solo tuve un amigo ya que los demás no querían estar con alguien que se mantenía internada, su nombre era Diego y siempre me hacia reír.

A los quince años en verano, puede mantenerme fuera del hospital por más de dos meses, recuerdo que me emocioné demasiado así que mis padres planificaron unas vacaciones en la playa junto a Diego y sus padres.

En la casa de la playa Digo y yo hablamos mas que nunca, por fin logramos tener una conversación que durará más de diez minutos.

Al tercer día la familia que vivía cerca de nuestra casa llegó a presentarse y se quedaron a comer, la pareja tenía un hijo, su nombre era Andres y tenia dieciséis años.

Empezamos a salir los tres a caminar a la orilla de el mar y a las pocas semanas empecé a sentir algo por el, no me atreví a decírselo pero el que era muy decidido asi me lo dijo inmediatamente, le comete a Digo y no parecía muy feliz, empezaba a decir cosas como:

"Seguro lo dice para pasar sólo el verano", "Está jugando", "Podría hacerte daño, no lo conoces bien".

Andres y yo empezamos a salir solos, debo admitir que deje de prestar atención a Diego, estaba tan encaprichada con Andres.

Un día antes de que Andres se fuera de la playa salí con el temprano y me dijo que era mejor dejarlo, no mostró tristeza, supongo que Diego tenía razón.

Fui a mi cuarto corriendo a llorar, ya saben lo típico, Diego entró a mi cuarto y me dio un fuerte abrazo, me pregunto que pasaba y le dije, volvio a abrazarme y dijo que todo estaría bien.

Salimos un rato el mar y reímos, por momentos lograba olvidar todo lo que respecta a Andres.

Empecé a salir nuevamente sólo con Diego a caminar y hablar, el último día fuimos a una casa vieja que estaba abandonada en la playa y pusimos música a todo volumen y a reír como locos.

Pasaron la canción de la playa y el me invito a bailar una pieza, eso fue un poco raro pero acepte, bailábamos y yo no sabia a donde dirigir mi mirada, el me miraba fijamente sin pena alguna.

A pocos segundos de que la canción terminará le pedí perdón por no haberlo escuchado cuando me advirtió sobre Andres, el negó con la cabeza y se acercó a mi oreja, entonces dijo:

"Realmente no te advertí de nada, solo lo dije porque estaba celoso, esque... Tu me gustas"

Abrí los ojos como platos y en ese momento el piso de madera que estaba debajo de mis pies se rompió y caí, debido a mi estado no resistí el dolor y según me cuenta Diego me desmaye.

Cuando desperté estaba de nuevo en ese aburrido hospital, mis papas entraron y me abrazararon, aunque claro que también me regañaron por haber entrado a esa casa.

Luego de que mis papas salieran entró Diego y me abrazo con mucha fuerza, no pude evitar quejarme levemente, el se dio cuenta y se disculpo, me preguntaba por como me sentía, si me dolía, que quería, tuve que paralo y decirle que todo estaba bien, el sonrió y me abrazo con más cuidado.

Luego hubo un silencio incómodo pero lo bueno fue que entraron los padres de Diego para preguntar por como estaba y romper el silencio.

Diego se fue y yo me quedé en el hospital por un mes, Diego no pudo ir conmigo ya que fue a un viaje del trabajo de su padre.

Al salir de ahí, tendría una semana libre y justo en esa semana llegaría Diego así que fui con mis padres a recibirlo al aeropuerto.

Cuando llego corri para abrazarlo y el me abrazo suavemente, nuestros padres se regresaron a casa y ambos fuimos a comer pizza.

No mensionamos nada al principio hasta que me pregunto si quería hablar sobre lo sucedido hace un mes y me dijo que estas vez no me cayera.


Reí y asentí con la cabeza, aunque realmente tenía miedo de hablar de ello.

El repitió sus palabras y me pregunto sobre lo que sentía por el, le dije que para mi era un gran amigo y el agachó su mirada pero luego dijo que estaba bien y cambio drasticamente de tema.

Pasamos hablando como si nada hubiese pasado por días pero yo no quería que fuera así, ahora cuando estaba con el habían miles de mariposas en mi estomago y como el no tocó el tema de nuevo decidí decirle.

Quedamos para vernos en el parque y ahí muy difícilmente le dije:

"Talves me gustes".

Se que no fueron las mejores palabras y no dije mucho pero fue lo primero que salio de mi boca, además me costó mucho decirlo.

El empezó a reír sin parar e inevitablemente yo igual, la frace que salió de mis labios fue tan tonta y entonces no evite ponerme igual que un tomate.

El paro de reir y me vio fijamente, dijo en un susurro:

"Te ves tan linda, solo quiero..."

Después de pronunciar aquellas palabras me plantó un beso y yo lo acepte.

Se despegó de mi y yo no sabia que hacer, no me movía, me pregunto si estaba ahí y yo dije que si con la cabeza.

Después de ese día las cosas no cambiaron mucho, yo seguía asistiendo al hospital y el seguía visitandome.

Al cumplir los dieciséis tuve varias complicaciones y cada vez estoy en peor estado pero creo que realmente sólo físico, pues en estos meses he hecho más amigos, mi familia viene mas seguido y Diego y yo estamos mejor que nunca.

He pensado un par de veces en el pasado en terminar con Diego para que el pueda estar con alguien mas accesible, pero ahora solo quiero estar con el todo lo que pueda, nose si será mucho pero quiero aprovechar cada minuto.


Historias Cortas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora