Soulmates; ns.

parte única.

El carruaje se apresuraba entre las calles desoladas, el sol se estaba ocultando tras nubes grises y el aire frío sólo avisaba que una tormenta se avecinaba. El Príncipe estaba tan exasperado y nervioso que se había mantenido en silencio por más de dos horas y los Alfas frente a él se mostraban preocupados, especialmente Liam.

Había llegado una carta del Reino durante su estadía con los clanes del Sur, Gemma escribió que su Padre había sido herido durante una caza y que se encontraba delicado, que debía volver cuanto antes. Harry no lo pensó dos veces y pidió a Lord Darcy, el Alfa de los clanes del sur, que le facilitará un carruaje y no se arrepentía de su decisión aunque la velocidad de los caballos ciertamente no era la mejor, le haría llegar a Lord Darcy los mejores caballos del Reino en pago por su hospitalidad y buena voluntad. El Principe trataba de concentrarse en algo que no fuera la probable muerte de su Padre, pero no pudo, todos en el Reino habían estado esperando que eso pasará, pues su Padre tomó malas decisiones que afectaron a todos, creían que el joven castaño de ojos verdes sería más sensato, más responsable.

El carruaje se detuvo abruptamente y los caballos relincharon al unisonó, los gritos y gruñidos del Beta que conducía se escuchó entre el bullicio de los animales. Los Alfas de seguridad bajaron, únicamente Liam se quedo junto a Harry para no dejarlo bajar, ambos sabían que podría ser una emboscada.

"¡Sólo es un niño!" Gritó uno de los Alfas, mientras los otros dos revisaban el perímetro. El Principe dejo de pensar en todo cuando un suave aroma se colo en su nariz, tan delicado y embriagante, decidió bajar del carruaje a pesar de que Liam le había rogado que no lo hiciera, le tomo pocos segundos llegar a la escena, el Beta había vuelto a su lugar y tomó las riendas, mientras que uno de los Alfas tomo un pequeño cuerpo y lo alejó hasta la orilla del caminó.

"¡Alto!" Harry interrumpió al hombre antes de que arrojará el cuerpo al suelo, caminó hasta él, embelesado por el olor que aquel pequeño ser y quedo aun peor de encantado cuando sus ojos vieron aun joven inconsciente de piel lechosa y cabello color caramelo tender de los brazos del Alfa. En ese momento experimento algo que jamás creyó sentir, esa conexión de la que todos hablaban cuando encuentras a tu alma gemela, algo crece dentro de tu interior, donde te sientes a salvo, amado, correspondido, fuerte, el sentimiento se vuelve tan cálido y abrazador que llega a ser abrumador, el Príncipe tomó al pequeño entre sus fuertes brazos y volvió al carruaje, a pesar de la combinación de emociones se mantuvo firme frente a sus acompañantes, quienes no se atrevieron a cuestionar a su próximo Rey, él iba a llevarse al joven, inconsciente o despierto.

Harry preguntó qué había pasado con el chico y uno de los Alfas respondió que intento cruzar por la calle a pesar de haber visto el carruaje, pero no fue lo bastante rápido y lo golpeó uno de los caballos. Styles lo llevó en su regazó durante todo el caminó, sin importar que el joven estuviese lleno de tierra y lodo, se moría de ganas por verlo despierto y escuchar su voz, estaba seguro que él iba a sentir lo mismo, era su alma gemela.

Todo el Reino estaba esperando por la llegada de su Príncipe, fue una total sorpresa cuando bajo del carruaje cargando a un sucio Sureño, Harry simplemente sonrió con cortesía a la gente que se encontraba fuera del palacio y entró de inmediato, el joven aun no despertaba y eso le estaba preocupando, pero no podía estar con él demasiado, su deber era estar con su Padre.

"Liam." Llamó y el Alfa se puso a su lado de inmediato.

"Majestad." El castaño hizo una pequeña reverencia que Styles creyó que estaba de más porque eran bastante cercanos, pero no dijo nada.

"Llévalo a mi habitación y llama al Doctor, necesito que despierte y mantente a su lado en todo momento." Ordenó y dejo al pequeño en los brazos del castaño, se giró sobre sus talones con rapidez y fue directo a donde se encontraba su Padre, encontrándose a Gemma en las escaleras, ella le sonrió melancólica y en ese momento supo que no habían buenas noticias.